Los cruzados no fueron agresores no provocados, maleantes codiciosos ni colonialistas medievales, como se los describe en algunos libros de historia.

En varias ocasiones, los padres católicos me han consultado acerca del modo en que deben conversar con sus hijos adolescentes heterosexuales sobre la homosexualidad. Muchos adolescentes aceptan bastante la orientación homosexual; piensan que es tan natural como la orientación heterosexual.

No es la primera vez que el mundo se encuentra en una era en la que predominan grandes movimientos de población.

Cualquier cristiano que quiera estudiar las Sagradas Escrituras debe empezar aprendiendo del ejemplo admirable del Eunuco Etíope.

La semana pasada, en la reunión anual de primavera de los obispos de Estados Unidos, mis hermanos obispos y yo votamos, unánimemente, por mantener nuestro Comité "ad hoc" para la Libertad Religiosa por tres años más.

Fui protestante durante veinte años antes de convertirme al catolicismo. Hice que muchas personas abandonaran la Iglesia Católica. Mi fórmula para lograr que los católicos dejaran la Iglesia en general estaba conformada por tres pasos.

Sin minimizar la importancia de las críticas, este artículo da cuenta de un registro histórico envidiable que destaca la preocupación que la Iglesia siempre ha tenido por las mujeres.

La historicidad de Cristo, como así también su muerte en la cruz, es un hecho tan comprobado como cualquier otro en el antiguo mundo.

Occidente está sufriendo por la pérdida de la fe. A menos que redescubramos la religión, nuestra civilización está en peligro.

En su libro Amor y responsabilidad, Karol Wojtyla – conocido ahora como Juan Pablo II – reflexiona no solo sobre por qué la anticoncepción es inmoral sino que va más allá, reflexiona sobre cómo en realidad la anticoncepción puede destruir el amor entre un esposo y su esposa en el matrimonio. Aquí consideraremos cuatro puntos de su reflexión sobre el tema.