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¿Solamente La Biblia?

  • MARK SHEA

Cualquier cristiano que quiera estudiar las Sagradas Escrituras debe empezar aprendiendo del ejemplo admirable del Eunuco Etíope.


Biblestudy1Muchos laicos católicos están interesados en estudiar su fe. Y para un gran porcentaje de esta gente, esto implica un mayor estudio de la Biblia, lo que la Iglesia recomienda con entusiasmo. Sin embargo, cuando tratamos de ponerlo en práctica, a menudo nos podemos encontrar con un problema: El Síndrome del Lente de Contacto Invisible. Muchas personas no se dan cuenta, pero en realidad el aire se llena de millones de lentes de contacto invisibles.

Estos lentes de contacto — que llevan nombres como "escepticismo," "Nueva-eraismo," "materialismo," "conservadurismo," "liberalismo," y otros incontables "ismos" se concentran especialmente en las escuelas, cerca a los televisores, alrededor de los amigos cercanos y cerca de los estantes de revistas. En silencio y de manera imperceptible, se te pegan a los ojos mientras ves la televisión o lees el periódico o miras una película. Cuando lo hacen, empiezan a alterar la manera en que lo ves todo, incluyendo las Sagradas Escrituras. Y el hecho es que, no importa qué hagas, tus ojos no pueden librarse de ellos. Nadie hace nada — incluyendo leer las Sagradas Escrituras — sin algún par de lentes de contacto.  Entonces, la pregunta no es si leeremos las Sagradas Escrituras a través de esos lentes. Más bien es, por el contrario, si leeremos las Sagradas Escrituras con los lentes que Dios quiere que usemos.

Ahora, lo grandioso de la Fe Católica es que nuestro Señor Jesús, de hecho, nos ha dado un maravilloso par de lentes de contacto. Este par de lentes se llaman la "Sagrada Tradición" y el "Magisterio" o el oficio pedagógico de la Iglesia, que es Su Cuerpo.  Muchas personas, ignorando los lentes de contacto que la cultura norteamericana ha pegado a sus ojos, se imagina que los lentes que nos ofrece Jesús son opcionales. "Leeré solamente la Biblia," dicen.  "No necesito el Catecismo o todo aquello de la tradición."

Pero el hecho es que, esto es como decir: "Quiero una moneda de una sola cara." Porque la Biblia es solamente la porción escrita de una Tradición mucho más grande dada por Jesús a sus apóstoles. Y el Magisterio es simplemente la continuación del oficio de esos apóstoles a quienes Jesús mismo les dijo "quien a vosotros os escucha, a mí me escucha" (Lucas 10:16) y quienes nombraron obispos que los sucediesen para preservar la totalidad de la fe. Tratar de aprender la fe usando "solamente la Biblia" no es realmente leer las Sagradas Escrituras sin la Tradición; es simplemente sustituir las tradiciones de los hombres por las tradiciones de Dios.  Es ver las Sagradas Escrituras a través de algún par de lentes hecho por los hombres.

Si no lo cree, tome en cuenta lo siguiente.  Muchos ex-católicos protestantes me han dicho que rechazaron la Iglesia porque algunas enseñanzas católicas (digamos, el purgatorio) "no se mencionaban en las Sagradas Escrituras." Pero estos mismos ex católicos a menudo creen en la Trinidad cuando tampoco se menciona en las Sagradas Escrituras. A menudo son pro-vida a pesar que el aborto nunca se menciona de manera explícita en las Sagradas Escrituras. Siempre creen que los libros de sus biblias son apostólicos, inspirados y confiables, a pesar del hecho que la autoría de muchos es totalmente desconocida. ¿Por qué?

No hubiéramos despreciado los conocimientos de un mariscal de campo profesional cuando tratábamos de aprender fútbol americano cuando teníamos 10 años. ¿Por qué entonces ignoraríamos 2,000 años de conocimientos acumulados de santos, teólogos y eruditos que son mucho más maduros en Cristo que nosotros?

Es porque han retenido inconscientemente una parte reducida de la Sagrada Tradición que Jesús le dio a la Iglesia. Solamente son las partes de la Sagrada Escritura que rechazan y que llaman "adiciones" a las Sagradas Escrituras. Pero si mis amigos ex católicos aplican el mismo trato que le aplican al purgatorio al resto de la Sagrada Tradición, pronto descubrirán que ya no quedan razones para creer del todo en la Biblia, ya que las Sagradas Escrituras existen solamente porque el Cuerpo de Cristo, bajo la guía del Espíritu, las escribió, editó, recopiló y canonizó.

En resumen, cuando enfrentas a la Biblia contra la comunidad que la produjo, lógicamente te encuentras poniendo en duda no solamente doctrinas supuestamente "extras" como el Purgatorio, sino toda la Sagrada Tradición, incluyendo la Biblia misma. El trato es Sagrada Tradición y Sagrada Escrituras: ambas o ninguna.

Si optas por "ambas", de pronto te encuentras en comunión con ejércitos de personas que no solo han estudiado las Sagradas Escrituras, sino que se santifican y adquieren sabiduría mediante el contacto con nuestro Señor en sus páginas (y, entre otras cosas, han encontrado ahí una base bíblica bastante clara para explicar el Purgatorio). Si optas por "ninguna" pierdes, no solo la Tradición, sino también las Sagradas Escrituras.

Por ello, la comprensión de la Iglesia sobre la tradición escrita y no escrita y su ministerio de enseñanza creado de manera divina me parecen un buen trato. Después de todo, no hubiéramos rechazado la ayuda de un amigo que fuese mecánico profesional cuando batallábamos con un manual de reparación de autos en nuestra época universitaria. No hubiéramos despreciado los conocimientos de un mariscal de campo profesional cuando tratábamos de aprender fútbol americano cuando teníamos 10 años. ¿Por qué entonces ignoraríamos 2,000 años de conocimientos acumulados de santos, teólogos y eruditos que son mucho más maduros en Cristo que nosotros?

El Eunuco Etíope sabía esto.  Cuando se enfrentó con un pasaje misterioso de Isaías (y hay muchos pasajes misteriosos en las Sagradas Escrituras), hizo una observación nacida del sentido común: dijo que no lo entendía. Además, continuó con un acto producto del sentido común: le pidió ayuda a la Iglesia (en la persona de Felipe, el Evangelista) para poder comprenderlo. Y la Iglesia lo ayudó. Eso es lo que hace la Iglesia, porque el Señor que exhaló su Espíritu sobre las Sagradas Escrituras y el Señor que sopló su Espíritu sobre la Iglesia es un solo Señor (Juan 20:22; 2 Timoteo 3:16).

Es por ello que creo que si el Eunuco Etíope estuviera por acá hoy en día, él se quedaría embobado al ver el Catecismo de la Iglesia Católica. Qué maravilloso tener un compendio de la enseñanzas del Magisterio con respecto a la plenitud de la Sagrada Tradición, tanto bíblica como extra-bíblica — ¡aquello mismo que el Etíope pedía!  Cualquier católico que desea estudiar las Sagradas Escrituras debería empezar aprendiendo del admirable ejemplo del Etíope. Pues como San Pablo le dijo a los Tesalonicenses, hemos de pararnos con firmeza y asirnos rápidamente a las tradiciones que los apóstoles nos transmitieron, ya sea viva voz (esto es, la Sagrada Tradición) o por carta (esto es, las Sagradas Escrituras) (2 Tesalonicenses 2:15).  El Eunuco Etíope no se conformaría con una parte del regalo de Dios; él lo querría todo. Y nosotros también deberíamos quererlo.  

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Agradecimiento

Mark P. Shea. "The Bible Alone?" Family Life Center (2010).

Reimpreso con el permiso de Mark Shea.

Sobre El Autor

SheaShea3Shea1Mark P. Shea es un escritor y orador católico popular. Es autor de numerosos libros, incluyendo By What Authority?: An Evangelical Discovers Catholic Tradition, The Work of Mercy, Making Senses Out of Scripture: Reading the Bible as the First Christians Did, The Work of Mercy: Being the Hands and Heart of Christ, y The Heart of Catholic Prayer. Mark es  conocido a nivel nacional por sus "Palabras de Aliento" de un minuto en la Radio Católica y por su blog Catholic and Enjoying It. Vive en el estado de Washington con su esposa, Janet, y sus cuatro hijos.

Copyright © 2014 Mark Shea
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