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¿La resurrección ocurrió realmente?

  • DINESH D'SOUZA

La historicidad de Cristo, como así también su muerte en la cruz, es un hecho tan comprobado como cualquier otro en el antiguo mundo.


Resurrection52La prueba de que Cristo existió es incluso mucho más contundente que la de Sócrates, Alejandro Magno y numerosas figuras de la antigüedad de cuya historicidad nadie duda. Los historiadores están de acuerdo en que Cristo nació, que tuvo seguidores, que se enfrentó a las autoridades judías y romanas y que fue condenado a muerte. Pero, ¿qué hay de la resurrección?

"Y si no resucitó Cristo," escribe San Pablo en 1 Cor 15:17, "vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe." La resurrección es el suceso más importante del cristianismo. (Por este motivo, la Pascua es de hecho una fiesta mucho más importante para los cristianos que la Navidad.) Otras religiones, tales como el judaísmo y el islam, pueden destacar algunos milagros, pero éstos no son el punto central de su teología. En cambio, el cristianismo se basa en el milagro de la resurrección.

Desde el siglo diecinueve, algunos biblistas se han rehusado a aceptar el relato bíblico de la resurrección porque estuvo a cargo de personas que obviamente estaban predispuestas a favor de Cristo. De hecho, es interesante que los mismos seguidores de Cristo reconocieran que no estaban esperando la resurrección. Tres días después de su muerte, las mujeres llevaron especias a su tumba para ungir y preservar su cuerpo. No fue sino hasta ese momento que se dieron cuenta de que la piedra se había retirado y que la tumba estaba vacía.

Tanto los guardias romanos como los magistrados judíos admitieron que la tumba estaba vacía y fueron estos últimos quienes dijeron a las autoridades romanas que seguramente los seguidores de Cristo habían robado el cuerpo. Esta es la explicación que suelen dar para justificar la tumba vacía en la polémica judía contra el cristianismo. Sin embargo, ello es a primera vista inverosímil, dado que ¿cómo podría un puñado de discípulas haber domeñado a los guardias romanos y movido la piedra que bloqueaba el acceso a la tumba?

Los apóstoles fueron profundamente escépticos cuando recibieron la noticia de que Cristo había resucitado y el mismo Cristo tuvo que aparecerse varias veces ante ellos para disipar todas esas dudas. Pablo escribe que Cristo "después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron." En esta oportunidad, Pablo apela a la evidencia empírica directa: el testimonio de múltiples testigos que de verdad habían visto a Jesús vivo después de su ejecución. De este grupo, Pablo dice que muchos aún vivían, lo cual significa que estaban en condiciones de refutar sus dichos en caso de que fueran desacertados. En la historia de las alucinaciones, ¿existe alguna instancia en que quinientas almas hayan visto a la misma persona -una figura conocida para ellos- y que todas estuvieran igualmente equivocadas?

Imaginen una causa iniciada ante un tribunal en el que numerosos testigos oculares declaran el mismo hecho y sostienen su testimonio con tal firmeza que estarían dispuestos a soportar una cadena perpetua o hasta incluso la pena de muerte antes que decir lo contrario.

¿El testimonio de los primeros cristianos es confiable? Bueno, veamos. Los discípulos estaban tan convencidos de lo que habían visto que sus cantos de lamento se reemplazaron por gritos de alegría. Proclamando a Cristo crucificado y a Cristo resucitado, provocaron la ola de conversión religiosa más importante de la historia. Los historiadores dicen que la cantidad de cristianos aumentó de cerca de 100 en el momento de la muerte de Cristo a alrededor de 30 millones al principio del cuarto siglo, cuando el mismo emperador romano se convirtió al cristianismo.

Estas conversiones ocurrieron a pesar de la fuerte oposición política y la persecución del más grande de los imperios de la antigüedad, el imperio Romano. Los primeros cristianos no dudaron en identificarse con el hombre que tildaron de traidor y criminal. Soportarían la prisión, la tortura, el exilio y la muerte antes que renunciar a su compromiso con Cristo resucitado.

Imaginen una causa iniciada ante un tribunal en el que numerosos testigos oculares declaran el mismo hecho y sostienen su testimonio con tal firmeza que estarían dispuestos a soportar una cadena perpetua o hasta incluso la pena de muerte antes que decir lo contrario. ¿Algún jurado dudaría de que esas personas, que tenían poco por ganar y mucho por perder, decían la verdad?

"Sí", admitió un amigo mío ateo. "Los musulmanes radicales, ¿no estarían también dispuestos a morir para ganarse a las vírgenes en el cielo?” Tal vez sí, pero estos dos casos no son comparables. Los musulmanes radicales tienen la creencia de que sus actos los llevarán a un lugar encantador en el que las vírgenes los estarán esperando. Por el contrario, los cristianos que fueron ejecutados en manos de los romanos, lo permitieron porque se rehusaban a renunciar a un suceso que formó parte de su propia experiencia. ¿Cómo es posible que una persona desee morir por algo que sabía que era mentira?

Incluso desde el punto de vista secular, la prueba de la resurrección de Cristo es increíblemente contundente. Podría hasta incluso ser suficiente como para convencer a un jurado imparcial en un tribunal. La gran pregunta que rodea al Viernes Santo y a la Pascua no es si todo eso sucedió. Sí que sucedió. La gran pregunta es si permitiremos que Cristo entre en nuestros corazones para que pueda llevarnos al cielo el día del juicio.

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Agradecimiento

Dinesh D'Souza. "¿La resurrección ocurrió realmente?" Dinesh D'Souza Blog (21 de marzo de 2008).

Este artículo se reimprimió con el permiso de Dinesh D'Souza.

Esta reflección de la Pascua se adaptó del libro What's So Great About Christianity. 

Sobre El Autor

dsouza1D'souzagsmDinesh D'Souza es un comentarista político indio-americano, el cineasta. Él es el autor de What's So Great About Christianity, The Enemy at Home: The Cultural Left and Its Responsibility for 9/11, Letters to a Young Conservative, What's So Great about America, Illiberal Education: The Politics of Race and Sex on Campus; The End of Racism; Ronald Reagan: How an Ordinary Man Became an Extraordinary Leader; y The Virtue of Prosperity: Finding Values in an Age of Techno-Affluence. Dinesh D'Souza forma parte del comité asesor de Catholic Education Resource Center. Visite su página web aquí.

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