Crueldad Romana, Pureza Cristiana
Fue la moral cristiana y el evidente amor de las familias cristianas lo que convirtió gradualmente al Imperio Romano.
Fue la moral cristiana y el evidente amor de las familias cristianas lo que convirtió gradualmente al Imperio Romano.
Uno de los mitos que fomenta constantemente el estado secular es que la religión es tan peligrosa, tan volátil y tan propensa a provocar situaciones de violencia, que la única protección que tenemos contra la destrucción social es la construcción de un muro que separe la religión del estado.
En la Roma bajo la ocupación alemana, la Iglesia se movilizó para proteger a quienes pudiesen estar en situación de riesgo.
Ningún período de la historia ha sido más malinterpretado o más subestimado que la Edad Media, los diez siglos desde la caída del Imperio Romano en el siglo quinto hasta el inicio del Renacimiento en el siglo quince.
Esta no es la primera vez que los creyentes de esta religión tienen que soportar una época de gran agitación.
Los cruzados no fueron agresores no provocados, maleantes codiciosos ni colonialistas medievales, como se los describe en algunos libros de historia.
Durante muchos años en América, el Estado básicamente respetó su promesa de proteger a todas las religiones y no convertirse en un rival para ellas, una iglesia falsa. Ese ya no es más el caso.