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Los católicos en un tiempo diferente de crisis nacional

  • MICHAEL BARUZZINI

Esta no es la primera vez que los creyentes de esta religión tienen que soportar una época de gran agitación.


gettysburgpaintingEn la película Gettysburg, entre las líneas de batalla y el fuego de la artillería, hay una breve escena en la que un sacerdote de espaldas a la cámara le brinda la absolución a un gran campo lleno de soldados católicos arrodillados. Hoy en día, en el campo de batalla de Gettysburg, una estatua rinde honores a este sacerdote, el padre William Corby, CSC, un religioso de la Santa Cruz cuyo nombre es conocido por los estudiantes y graduados de Notre Dame. De allí es de donde partió para servir a su país que estaba desgarrado por la guerra civil.

Con frecuencia se cuentan otras historias católicas acerca de la Guerra Civil Estadounidense. Las brigadas irlandesas, con las distintivas banderas verdes con arpas, prestaron servicio en ambos lados del conflicto y tuvieron un famoso encuentro en la batalla en Fredericksburg. No obstante, más allá de estas imágenes románticas, ¿cuál fue la experiencia católica de la Guerra Civil y sus repercusiones?

Menos de un siglo luego de su fundación, la política estadounidense generó una batalla sangrienta por la integridad de la nación. Asimismo, los católicos —quienes hacía tiempo habían ocupado un lugar ambiguo en la vida social y política de la nación— se vieron en la obligación de hacerse camino en el aún más difícil terreno de ser forasteros en una tierra desconocida, cuando esa tierra estaba atravesando una crisis existencial.

Excommunicated from the Union: How the Civil War Created a Separate Catholic America, [Excomulgados de la Unión: Cómo la Guerra Civil creó un Estados Unidos católico separado] del historiador Will Kurtz de la Universidad de Virginia, examina la historia de la experiencia católica de la Guerra Civil en el norte. El título no deja dudas acerca de sus conclusiones: Kurtz sostiene que los católicos estadounidenses del norte y su liderazgo en particular tenían dos objetivos: «Para muchos católicos a favor de la guerra, el conflicto no solo era acerca de preservar la Unión sino que se trataba también de conseguir tolerancia para ellos y su fe religiosa en la sociedad estadounidense».

Entre estos católicos surgen algunas figuras en la historia de Kurtz. Se encuentra el general William Rosecrans, el comandante conocido por su devoción cuya victoria en Stones River fue celebrada por la prensa católica como un ejemplo de los hombres de esta religión que llegan al éxito como líderes en la pelea. En el lado de los civiles está Orestes Brownson, uno de los hombres de letras más prolíficos del siglo XIX y fervoroso defensor de la causa de la Unión.

Brownson está enterrado en la nave central en la cripta de la capilla de la basílica en Notre Dame, la cual es una parte importante de la historia de la Guerra Civil católica. Incluido el padre Corby, Notre Dame aportó siete sacerdotes a la armada de la Unión. Para la tapa de su libro, Kurtz eligió una pintura de este último mientras otorgaba en Gettysburg la absolución mencionada al comienzo.

Kurtz considera importante incorporar el relato de los católicos alemanes del norte, quienes sirvieron con distinción y dedicación pero cuya historia, afirma, fue pasada por alto y no generó la atención romántica que tienen los irlandeses.

No hay duda de que estos católicos pelearon para su país con sinceridad y lo hicieron bien. Sin embargo, Kurtz piensa que a pesar de todos sus esfuerzos, no se logró la posibilidad de un reconocimiento más amplio del patriotismo católico por su servicio en la guerra. El historiador escribe: “La guerra y sus secuelas en definitiva aceleraron el crecimiento en los Estados Unidos de una subcultura católica separada».

Cuando estalló la Guerra Civil, el anticatolicismo estadounidense ya tenía una larga trayectoria y no se pudo erradicar a pesar del dedicado servicio en la guerra.

A medida que se acrecentaba el número de víctimas en el conflicto, porciones significativas de la población católica del norte se volvieron cínicas con respecto de los objetivos de la batalla; como Kurtz señala, con el deseo de «evitar jugar el rol de carne de cañón para sus enemigos protestantes o republicanos». También agrega, «No querían que la Unión fracasara, pero pensaban que solo se podría salvar por medio de la negociación y el alejamiento de las normas republicanas que, sin necesidad, prolongaban un conflicto atrozmente sangriento».

Asimismo tenían motivos para sus sospechas. Eran los republicanos del ala abolicionista y a favor de la guerra los que estaban —tal vez en forma irónica desde la perspectiva moderna— mayormente asociados con el anticatolicismo tanto antes, durante y después del conflicto. Durante la posguerra, en la lucha con estos recuerdos de la participación católica, un importante sentimiento todavía persistía en el siglo XX en contra de esta fe, como Kurtz muestra.

Su relato es histórico en sentido estricto; no se atreve a extrapolar y dibujar lecciones acerca del compromiso político católico moderno desde la experiencia de la Guerra Civil. No obstante, como suele decirse, la historia no se repite de manera exacta pero sí rima. Dado que los católicos viven otra vez en un tiempo de absoluta división política y de furioso debate sobre la forma apropiada de vivir en el mundo pero no de él, los católicos estadounidenses quizás aprendan de su historia.

Esta no es la primera vez que los creyentes de esta religión tienen que soportar una época de gran agitación nacional o que se encuentran dedicados a principios que parecen contraponerse a varias facciones en el ámbito político y social.

Cualquiera sea nuestra opinión acerca de la respuesta católica más inteligente a nuestros tiempos, una seria consideración de la historia católica estadounidense —como el relato que cuenta Kurtz— nos puede brindar una mejor perspectiva a partir de la cual encontrar un camino hacia adelante. Podemos anticipar que estaremos en el medio de la batalla, recibiremos poco crédito por nuestros sufrimientos, pero continuaremos siendo influyentes si permanecemos fieles.

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Agradecimiento

Michael Baruzzini. "Los católicos en un tiempo diferente de crisis nacional." The Catholic Thing (8 Mayo, 2017).

Reimpreso con el permiso de The Catholic Thing. Todos los derechos reservados. Para derechos de reimpresión, escribir a: info@thecatholicthing.org.

Sobre El Autor

baruzziniMichael Baruzzini es editor y escritor freelance de ciencia, escribe para publicaciones católicas y científicas, incluidas CrisisFirst ThingsTouchstoneSky & TelescopeThe American Spectator y otras. También es el creador de CatholicScience.com, la cual ofrece recursos online del programa de ciencia para estudiantes católicos.

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