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La película “The Revenant” y la búsqueda de una justicia más elevada

  • EL OBISPO ROBERT BARRON

El nuevo film de Alejandro Iñárritu es una de las películas sobre las que más se habla, y por una buena razón.


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Los primeros veinte minutos iniciales, que muestran un ataque indio terriblemente realista y un ataque de un oso grizzly espantosamente gráfico, son absolutamente convincentes a la vista. Y el resto del film es tan envolvente que este espectador, al menos, se sintió físicamente enfermo a medida que seguía los sufrimientos del personaje principal.

La historia gira entorno a un cazador en busca de pieles del siglo XIX llamado Hugh Glass (interpretada de manera muy convincente por Leonardo DiCaprio).  Luego que casi lo mata un oso que protegía a sus cachorros (en el ataque al que se hace referencia arriba), vendan a Glass y lo llevan en una camilla construida toscamente a lo largo de millas y millas del escabroso campo en pleno invierno. Está tan enfermo y es una carga tal para sus colegas, que muchos en el grupo se preguntan si no sería mejor que simplemente lo mataran. Pero el hijo de Glass, un adolescente mitad blanco-mitad indio llamado Hawk, defiende vigorosamente a su padre.  Finalmente, sin embargo, Fitzgerald, uno de los más fuertes defensores de la opción de eliminar a Glass, toma la iniciativa, matando a Hawk a sangre fría y colocando a Glass en una tumba poco profunda, convencido que el hombre tan profundamente herido nunca se las arreglaría para liberarse por sí mismo.

Pero en la primera de una serie de escenas de resurrección y renacimiento, Glass se arrastra fuera de su tumba y a pesar de sus terribles heridas, se las arregla para seguir su camino. Lo que sigue es algo sacado del Inferno de Dante o el libro de Job.  Cuando trata de beber algo, el agua se le escapa por las heridas del cuello; cuando busca refugio en una cueva, los indios lo encuentran y se ve obligado a escapar bajando por un río caudaloso mientras que las flechas le pasan zumbando por la cabeza; cuando cree que está relativamente a salvo, es atacado nuevamente y se ve forzado a huir a caballo justo por un precipicio empinado, matando al animal y quedando aún más gravemente herido; expuesto al letal frío, destripa al caballo y duerme en los confines de su carcasa, etc., etc. 

Lo que lo impulsa a lo largo de toda su dura experiencia es un deseo ardiente de venganza contra Fitzgerald, el hombre que mató a su hijo y abandonó al mismo Glass dándolo por muerto. Él hará frente a todo obstáculo y resistirá cualquier ataque para poder llevar a este malvado a la justicia. Al hacerlo, llega a imitar al oso con el que había luchado a muerte. A lo largo de la sección central del film, Glass está ataviado de piel de la cabeza a los pies, arrastra los pies al caminar y gruñe a su paso por la tierra salvaje, come animales y peces crudos. Se ha convertido en el grizzly, alcanzando la furia por el ataque a su cría.

El momento clave del filme ocurre cuando, al acabársele la fuerza, Glass encuentra a un guerrero Pawnee que lo alimenta y lo alberga durante una feroz tormenta. En una conversación posterior, Glass se entera que su benefactor había perdido también a toda su familia a manos de una tribu Sioux. Lleno de una rabia y con un deseo de venganza comprensibles, el indio concluyó, sin embargo, que "es mejor dejar la venganza en manos del Creador." En una secuencia de sueño/fantasía justo después de esta conversación, Glass se encuentra a sí mismo en medio de las ruinas de una iglesia cristiana, donde espía y abraza a Hawk, alcanzándolo, como si fuera a cruzar la división hacia un mundo trascendente, en el que gobierna el Creador. Sin revelar mucho más de la trama, basta decir que Glass da con el paradero de Fitzgerald y se enfrenta en un combate mano a mano con él hasta que recuerda lo que el Pawnee había dicho y le permite a su colega herido escapar bajando por el río.

El film transmite un mensaje importante, especialmente para nuestros tiempos secularistas, concretamente, que como Evelyn Waugh lo describió en El Retorno a Brideshead, "lo sobrenatural es lo real."  The Revenant es implacablemente honesta en su representación de las personas captadas en la terrible realidad de este mundo caído, que se ve marcado una y otra vez por la violencia, la desconfianza, el odio, la venganza y la lucha constante por sobrevivir en el contexto de una naturaleza indiferente. Para los habitantes de este universo, los lemas correctos son en efecto "mata o que te maten" y "ama a tus amigos pero odia a tus enemigos" y "ojo por ojo y diente por diente."  Si Dios no existe, como lo sugiere Fitzgerald a uno de sus subordinados, la supervivencia a cualquier precio, la ley de la jungla, es la ley suprema. Pero si existe una dimensión que trasciende la naturaleza, si existe un Dios que brinda una moral rectora y preside los asuntos humanos, entonces uno puede dejar de lado la venganza y buscar una justicia más elevada. El film culmina justo en el momento que Glass cae en cuenta de esta consciencia sobre Dios.

¿Cuánto de la historia humana se ha visto dominada por la venganza que produce un ciclo interminable de violencia? ¿Y cuánto está presente esta dinámica en las luchas de hoy en día: el sectarismo musulmán en Medio Oriente, la violencia anti-cristiana en África, el terrorismo por todos lados? Nada dentro de la naturaleza caída nos liberará alguna vez de esos ciclos. Solamente una apertura al Dios trascendente, un poder mayor a quien podemos confiar nuestra sed de justicia, resolverá el problema que más atormenta el corazón humano. La consciencia que amanece lentamente sobre esta verdad es el mayor renacimiento que experimenta Hugh Glass, y ver cómo sucede es una buena razón para ver The Revenant.

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Agradecimiento

barronEl Obispo Robert Barron, "'The Revenant' and the search for a higher justice." Word on Fire (12 de enero de 2016).

Reimpreso con permiso del El Obispo Robert Barron. 

Sobre El Autor

barron1barron El obispo Robert Barron es obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Los Ángeles. También es fundador de Word on Fire y creador y conductor de un documental de 10 capítulos titulado CATHOLICISM (www.catholicism.wordonfire.org). Ha producido más de 350 videos con comentarios en línea que cuentan con más de 9.5 millones de vistas de todo el mundo. Haz clic aquí para ver su canal de YouTube. Los DVDs del obispo Barron se utilizan como recursos de formación en la fe en muchas universidades, escuelas, parroquias y hogares a lo largo de los Estados Unidos. La serie incluye Exploring Catholic Theology, And Now I See: A Theology of TransformationThomas Aquinas: Spiritual MasterHeaven in Stone and Glass: Experiencing the Spirituality of the Great CathedralsEucharist (Catholic Spirituality for Adults)Priority of Christ, The: Toward a Postliberal Catholicism, y Word on File: Proclaiming the Power of Christ.

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