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Día de Todos los Santos y Día de Todos los Muertos

  • EL PADRE WILLIAM SAUNDERS

¿Cuál es el origen del Día de Todos los Santos y del Día de Todos los Muertos? ¿Están relacionados con el paganismo y con Halloween?


saints64Tanto la Fiesta de Todos los Santos como la Fiesta de Todos los Muertos evolucionó en la vida de la Iglesia de manera independiente del paganismo y de Halloween. Sin embargo, algunos elementos de las prácticas paganas tal vez hayan sido "bautizados" por algunas culturas o se hayan ligado a la celebración de Todos los Santos y de Todos los Muertos.

Hablemos en primer lugar sobre la Fiesta de Todos los Santos. Si bien los orígenes exactos de esta celebración son inciertos, luego de la legalización del cristianismo en el año 313, en varias áreas de la Iglesia apareció una conmemoración común para todos los Santos, especialmente los mártires. Por ejemplo, en el este, la ciudad de Edesa celebró esta fiesta el 13 de mayo; los sirios, el viernes después de Pascua; y la ciudad de Antioquía, el primer sábado después de Pentecostés. Tanto San Efren (f. 373) como San Juan Crisóstomo (f. 407) dan cuenta de esta fiesta en sus predicaciones. En occidente, también se celebró una conmemoración para todos los santos el primer domingo después de Pentecostés. La principal razón para fijar un día común para la fiesta se debió al deseo de honrar a la gran cantidad de mártires que aparecieron, especialmente durante la persecución del emperador Dioclesiano (284-305), la más cruel y prolongada de la historia. Aparte, no había suficientes días del año para conmemorar a cada mártir y muchos de ellos murieron en grupos. Entonces, lo más apropiado era establecer una fiesta común para todos los santos.

En 609, el emperador Focas entregó el Panteón de Roma al papa Bonifacio IV, que el 13 de mayo recibió el nombre de St. Maria ad Martyres (o Santa María de los Mártires). Aún hoy es materia de debate si el Santo Padre eligió a propósito el 13 de mayo debido a la fiesta de la celebración popular ya instalada en el Este o si sólo se debió a una feliz coincidencia.

La designación del 1° de noviembre como el Día de Todos los Santos ocurrió durante el transcurso del tiempo. El 1° de noviembre (al menos según algunos relatos) el papa Gregorio III (731-741) dedicó un oratorio en la Basílica de San Pedro original en honor a todos los santos. Fue así que esta fecha se convirtió en la fecha oficial para la celebración de la Fiesta de Todos los Santos en Roma. San Beda (f. 735) registró el 1° de noviembre como el día de la Fiesta de Todos los Santos en Inglaterra y esta celebración también existió en Salzburgo, Austria. Adón de Viena (f. 875) relató cómo el papa Gregorio IV le pidió al Rey Luis I el Piadoso (778-840) que proclamara el 1° de noviembre como el Día de Todos los Santos en todo el Sacro Imperio Romano. Los sacramentarios de los siglos IX y X también colocaron a la Fiesta de Todos los Santos en el calendario litúrgico el 1° de noviembre.

Según un historiador de la Iglesia primitiva, John Beleth, el papa Gregorio IV (827-844) declaró oficialmente al 1° de noviembre como Fiesta de Todos los Santos, trasladándola del 13 de mayo. Sin embargo, Sicardo de Cremona (f. 1215) relató que el papa Gregorio VII (1073-85) finalmente suprimió el 13 de mayo y estableció que el 1° de noviembre fuera la fecha para celebrar la Fiesta de Todos los Santos. Después de todo, encontramos que la Iglesia determinó una fecha de celebración litúrgica en honor a los santos independientemente de la influencia pagana.

Ahora bien, hablemos de su relación con el paganismo: el 1° de noviembre marca el Samhain, el comienzo del invierno celta. (Los celtas vivieron 2.000 años atrás en Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda y el norte de Francia.) Samhain, en honor a quien se le dio el nombre a esta fiesta, era el señor de la muerte y su nombre significa literalmente "fin del verano". Dado que el invierno es la estación del frío, la oscuridad y la muerte, los celtas no tardaron en relacionarla con la muerte humana. La víspera del Samhain, el 31 de octubre, era un tiempo de sacrificios paganos y Samhain permitía a las almas de los muertos regresar a sus hogares terrenales esa misma noche. Aparecían fantasmas, brujas, duendes y elfos a dañar a la gente, especialmente a quienes los habían lastimado durante su vida. Los gatos también eran considerados sagrados porque una vez fueron seres humanos transformados como castigo por las maldades que hicieron en esta tierra.

Para protegerse de los malos espíritus que merodeaban en la víspera del Samhain, la gente encendía sus hogares y los druidas (sacerdotes y maestros espirituales de los Celtas) armaban una gran fogata de año nuevo con ramas de robles sagrados. Los druidas ofrecían sacrificios en la fogata -cosechas, animales y hasta humanos- y leían la fortuna para el año siguiente examinando lo que quedaba de las fogatas. Las personas algunas veces se disfrazaban con cabezas y pieles de animales. A partir de este nuevo fuego, se volvían a encender los hogares de las casas.

Grupos étnicos particulares desarrollaron sus propias tradiciones, que se mezclaron con la celebración. En Irlanda, la gente hacía un desfile en honor de Muck Olla, un dios. Seguían a un líder vestido con una túnica blanca y una máscara hecha con una cabeza de animal que mendigaba comida. (Irlanda es también el origen de la fábula de Jack-o'lantern (lámparas hechas con una calabaza ahuecada): Un hombre llamado Jack no podía entrar al cielo debido a su mezquindad y tampoco podía entrar al infierno porque le gastaba bromas al diablo; entonces fue condenado a caminar por la tierra con su linterna hasta el día del Juicio Final.)

Los escoceses caminaban por los campos y pueblos llevando antorchas y encendían fogatas para espantar a las brujas y otros espíritus malos.

En Gales, todas las personas colocaban una piedra marcada en una gran fogata. Si la piedra de esa persona no aparecía a la mañana siguiente, moriría dentro de un año.

Además de las tradiciones celtas que existen, la conquista romana de Britania en el año 43 d.C. dejó otras dos fiestas paganas: Feralia se celebraba a fines de octubre para honrar a los muertos. Otro festival otoñal honraba a Pomona, la diosa de los frutos y los árboles; fue probablemente a través de este festival que las manzanas comenzaron a asociarse con Halloween. Elementos de estas celebraciones romanas se combinaron con el Samhain celta.

Con la diseminación del cristianismo y la determinación del Día de Todos los Santos, algunas de estas costumbres paganas se mantuvieron en el mundo anglosajón para la víspera de Todos los Santos o Halloween, tal vez primero por superstición, pero más adelante por diversión. Sin embargo, el Día de Todos los Santos surgió claramente de una devoción cristiana genuina.

Junto con la Fiesta de Todos los Santos se desarrolló la Fiesta de Todos los Muertos. La Iglesia siempre ha fomentado el ofrecimiento de oraciones y Misas por las almas de los fieles que se encuentran en el Purgatorio. Al momento de su muerte, estas almas no se encuentran perfectamente limpias de pecados veniales o no han expiado pecados pasados, y por ende quedan privadas de la Visión Beatífica. Los fieles en la tierra pueden ayudar para que las almas que se encuentran en el Purgatorio consigan la Visión Beatífica a través de sus oraciones, buenas obras y el ofrecimiento de Misas.

En los primeros días de la Iglesia, se publicaba el nombre de los fieles que partían para que la comunidad se acordara de rezar por ellos. En el siglo VI, los monasterios benedictinos hacían una conmemoración solemne de los miembros fallecidos en Whitsuntide, los días siguientes a Pentecostés. En España, San Isidoro (f. 636) dio cuenta de una celebración que se hacía el sábado anterior al domingo de Sexagésima (el segundo domingo antes de la Cuaresma, el octavo antes de Pascua en el calendario antiguo). En Alemania, Widukind, abad de Corvey (f. 980) dio cuenta de una ceremonia especial para la fieles difuntos que se celebraba el 1° de octubre. San Odilo, abad de Cluny (f. 1048), ordenó a todos los monasterios de Cluny que ofrecieran oraciones especiales y que se cantara el Oficio de Difuntos para todas las almas del Purgatorio cada 2 de noviembre, el día después de Todos los Santos. Los benedictinos y cartujos adoptaron la misma devoción y pronto el 2 de noviembre fue establecido como el Día de Todos los Muertos para toda la Iglesia.

Surgieron otras costumbres con el transcurso del tiempo en la celebración del Día de Todos los Muertos. Los dominicos del siglo XV instituyeron la costumbre de que cada sacerdote ofreciera tres misas en el Día de Todos los Muertos. El papa Benedicto XIV aprobó esta práctica en el año 1748 y se diseminó rápidamente en todo España, Portugal y América Latina. Durante la Primera Guerra Mundial, el papa Benedicto XV, reconociendo la cantidad de muertos en la guerra y las numerosas Misas que no podían realizarse debido a la destrucción de las Iglesias, otorgó a todos los sacerdotes el privilegio de ofrecer tres Misas en el día de Todos los Santos: una para la intención particular, una para todos los fieles difuntos y una para las intenciones del Santo Padre.

Evolucionaron otras costumbres en torno al Día de Todos los Muertos. En México, los parientes hacen coronas, adornos y cruces con flores naturales y de papel de todos colores para colocarlos en las tumbas de los parientes fallecidos en la mañana del Día de Todos los Muertos. La familia pasa todo el día en el cementerio. El pastor visita el cementerio, predica y ofrece oraciones para los muertos y luego bendice cada una de las tumbas. Los niños reciben dulces con forma de esqueletos.

En Luisiana hacen algo similar. Los parientes blanquean y limpian las lápidas y preparan guirnaldas, adornos y cruces con flores naturales y de papel para decorarlas. En la tarde del Día de Todos los Santos, el sacerdote circula en procesión por todo el cementerio, bendiciendo tumbas y recitando el Rosario. Se encienden velas cerca de las tumbas al anochecer, una para cada miembro fallecido. El Día de Todos los Muertos suele predicarse Misa en el cementerio.

En la Edad Media, la creencia supersticiosa, probablemente influenciada por el paganismo celta, sostenía que todas las almas del purgatorio se aparecían el Día de Todos los Muertos como brujas, sapos, duendes, etc. a las personas que les hicieron daño durante su vida terrenal. Por este motivo, algunos grupos étnicos también preparaban ofrendas de comida para alimentar y apaciguar a los espíritus en ese día. Estas prácticas probablemente sean resquicios de las festividades celtas del Samhain.

Sin embargo, tanto el Día de Todos los Muertos como el Día de Todos los Santos están arraigados en la creencia cristiana y surgieron en esta vida de la Iglesia a través de una espiritualidad saludable, a pesar de algunas prácticas paganas que pueden haber sobrevivido y que continúan ligadas a estas celebraciones.

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Agradecimiento

El padre William Saunders, "All Saints and All Souls". Arlington Catholic Herald.

Este artículo se reproduce con el permiso del Arlington Catholic Herald.

Sobre El Autor

saundersEl P. William Saunders es decano de la Notre Dame Graduate School of Christendom College y pastor de la Our Lady of Hope Parish en Sterling, Virginia. El presente artículo es de la columna llamada "Straight Answers", una columna escrita para el Arlington Catholic Herald. El Padre Saunders es además autor de Straight Answers (Respuestas directas), un libro basado en 100 de sus columnas y publicado por Cathedral Press en Baltimore.

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