Falta de preparación para la batalla espiritual

En febrero de 1943, el mal preparado Segundo Ejército de Estados Unidos luchó valientemente contra el ejército Panzer ítalo-germano en el paso de Kasserine en Túnez, pero tuvo que retirarse. El ejército logró despertarse, los comandantes fueron reemplazados, las tropas se reagruparon y finalmente ganaron la guerra. Esta es una alegoría contemporánea, cuando vemos las consecuencias sociales de católicos con mala formación que son arrollados por fuerzas seculares que no sienten amor por la Iglesia. 



En el siglo diecinueve, el cardenal Newman advirtió que los católicos ingenuos caerían en una "apostasía en masa" debido a que no están preparados para el combate espiritual. "¿Acaso creen que (el Príncipe de las Mentiras) es tan inexperto en su arte como para pedirles abierta y claramente que se unan a él en su lucha contra la Verdad? No, él les ofrece carnadas para tentarlos. Les promete la libertad civil; les promete igualdad; les promete trabajo y riquezas; les promete remisión de los impuestos; les promete una reforma. Ésta es la manera en la que les esconde el trabajo al que los está sometiendo; los tienta a clamar contra sus gobernantes y superiores; él hace eso mismo y los induce a imitarlo; o les promete iluminación, les ofrece conocimiento, ciencia, filosofía, ampliación de la mente. Él se burla de los tiempos pasados y se mofa de todas las instituciones que lo veneran. Él les apunta lo que deben decir y luego los escucha, los alaba y los alienta. Les ofrece subir a la cima. Les enseña cómo convertirse en dioses. Después se ríe y les hace bromas y contrae intimidad con ustedes; los toma de la mano, entrelaza sus dedos con los suyos, se los sujeta firmemente y termina apoderándose de ustedes". 



Muchos nos han advertido sobre las consecuencias de depositar la fe en falsos mesías. Años antes de convertirse en papa, Benedicto XVI escribió: "Allá donde la política quiere ser redención, está prometiendo demasiado. Allá donde quisiera hacer la obra de Dios, no llega a ser divina sino demoniaca" (Fe, verdad y tolerancia, p. 104).

"Allá donde la política quiere ser redención, está prometiendo demasiado. Allá donde quisiera hacer la obra de Dios, no llega a ser divina sino demoniaca".

Estamos por ser testigos de muchas atrocidades contra la dignidad de la vida por parte de políticos que se han aprovechado de los cristianos nominales. Para empezar, podemos esperar que la administración actual levante la prohibición de realizar investigaciones destructivas en embriones y que se rechacen los acuerdos de la ciudad de México que impiden el aborto y la eugenesia. Más inmediatamente, la legislatura del estado de Nueva York ha propuesto un proyecto de ley para eliminar el plazo de prescripción en juicios que dañarían y posiblemente dejarían en quiebra a instituciones católicas y otras privadas. Después de que el cardenal Egan escribiera una carta sobre este tema, tras las elecciones recientes, el partido que promueve este proyecto de ley se quedó con ambas cámaras de la legislatura. 



Tal como sucedió con el Paso de Kasserine, estamos aprendiendo que no hay lugar para soldados amateurs en el ejército del Señor. Dentro de poco, muchos dirán: "Deberíamos haber escuchado las advertencias". La respuesta dura será: "¿Por qué no lo hicieron?".