La perfección de Mahoma

Lo que sucedió recientemente en París es muy triste.  La revista satírica, Charlie Hebdo, fue a los extremos, tal como lo hacen las sátiras en la crítica del cristianismo, del judaísmo, del islamismo y de otras religiones.  Sin embargo, las caricaturas de Mahoma de hecho están prohibidas en todo el mundo y doce empleados pagaron con sus vidas el haber cruzado esa línea roja.

La sátira, si bien algunas veces es útil para minar los egos de políticos, celebridades y demás personas que se creen demasiado importantes, no es la mejor manera de comunicar -especialmente en relación con una persona como Mahoma, sobre quien se sabe tan poco.  Tal como lo indiqué en una columna anterior, el mejor antídoto para la alarmante ignorancia popular sobre este profeta del Islam podría ser una película que dramatiza los puntos más importantes en su vida.

Ya sea a través de una película o una biografía, es importante conocer la verdad acerca del "santo profeta" del Islam.  Los simples hechos pueden ofrecer una exposición aún más espantosa que su representación satírica.  Si han formado un concepto de "profeta" del Antiguo Testamento, los siguientes detalles los desilusionarán:

 Clamando que el ángel Gabriel se lo había revelado, Mahoma creó una religión monoteísta en La Meca, con algunas concesiones pragmáticas para el politeísmo, que luego se atribuyeron a Satanás (los así llamados "versos satánicos").

 Luego de sucesos muy mediocres en La Meca y la oposición de algunas tribus, emigró a Medina (la "hégira" en 622 dC), donde se volvió sumamente influyente y logró expandir su religión. Sin embargo, según una biografía de 1985, Twenty-Three Years, escrita por Ali Dashti, en ese momento sufrió un cambio de personalidad: "Luego de trasladarse a Medina se convirtió en un guerrero despiadado, con la intención de difundir su religión por la espada, y en el fundador malintencionado de un estado. El Mesías se transformó en un David. A un hombre que vivió más de veinte años con una sola esposa empezaron a gustarle las mujeres en forma desmesurada". 

 Se llenó de riquezas a través del bandolerismo, que en ese entonces podía considerarse como una "ocupación habitual".  Las tribus árabes utilizaban grupos de combate para robar camellos y una vez que combinaban sus fuerzas, podían conquistar más territorio, hacerse de más botines y conseguir mujeres atractivas.

 Ante una fuerte oposición a sus llamados de conversión al Islam, a lo largo del Corán, Alá le pide a Mahoma que mate o someta a los judíos y cristianos y a todos los no creyentes (ver especialmente Suras 2, 3, 4, 5, 8, 9, 17, 33, 47, 48 y 69).  Aquellas eran épocas brutales.  Según Daniel Pipes, Mahoma participó personalmente en setenta y ocho batallas, de las cuales sólo una (la Batalla del Foso) fue para defenderse.  Se convirtió en un caudillo sumamente exitoso.  El Corán estipulaba que un quinto de los botines obtenidos de los asaltos y batallas debía entregarse a Mahoma.

 Algunas veces Mahoma hacía tratos, pero éstos eran frágiles.  El derecho de hacer tratos para obtener una ventaja temporal y de romperlos cuando los musulmanes lograban fortalecerse se llamaba Hudaybiyyah (por la tregua de 10 años que hizo Mahoma con los mecanos y que rompió después de dos años durante el mes santo de Ramadán).  Este derecho ha sido confirmado en Sura 2:217, donde Alá le dice a Mahoma que la negativa de los mecanos de aceptar el Islam era una transgresión mucho peor que la de romper el tratado con ellos.

 Mahoma no toleraba mucho el desacuerdo o la oposición.  Los poetas ʻAṣmāʼ bint Marwān, Ka'b bin al-Ashraf y otros dos fueron asesinados por criticarlo.  Para vengar un secuestro, envió a su hijo adoptivo Zaid, quien sujetó a un miembro femenino de la banda a dos camellos para que la descuartizaran.  Hacia el final de su vida, la tribu judía Qurayzah fue especialmente resistente.  Las fuerzas de Mahoma respondían decapitando a 600-800 hombres frente a sus mujeres e hijos y violando luego a sus viudas.  Esa misma noche, Mahoma llevó a una joven recién enviudada, Reihana, a la cama.  Ella se negó a ser su esposa, pero se convirtió en una de sus concubinas.

 El harem de Mahoma era un modelo de la diversidad.  A pesar de que los otros musulmanes tenían un límite de cuatro esposas (sin incluir a las esclavas), Alá le asignó a Mahoma la posibilidad de tener una cantidad ilimitada de esposas para sus propios fines (33:50). 

 Entre sus quince esposas, estaban su nuera, Zeinab (Zaid se divorció de ella para complacer al profeta - un acuerdo que aprobó el mismo Alá en Sura 33:37-38); una niña judía de 17 años, Safiyyah, cuyo esposo había sido recién decapitado por no develar la ubicación de su tesoro a Mahoma; y su esposa favorita, Aisha, con quien Mahoma se casó cuando tenía seis años, consumando su matrimonio cuando la niña cumplió los nueve años.  Fuera de sus esposas fijas, una esclava egipcia, María, provocó protestas temporarias debido a sus citas nocturnas con Mahoma, hasta que Alá tranquilizó a las esposas en Sura 66:1-3.

Luego de la muerte de Mahoma, su seguidores continuaron difundiendo la fe mediante conquistas y/o la ocupación de países en Asia, Medio Oriente y el Mediterráneo -incluyendo España, Portugal, Grecia, Sicilia, Serbia, Hungría, Rumania y Bulgaria.

 Sin embargo, dado que los musulmanes fieles consideran que Mahoma es el "hombre perfecto" (al-Insan al-Kamil), el modelo perfecto a imitar, ¡uno puede ver la grave dificultad que podrían tener en esta era los religiosos musulmanes, tanto jóvenes como ancianos, para imitar semejante vida!

Hubo otros costados menos controversiales sobre Mahoma y el Islam, por supuesto.  Sin embargo, dado que los musulmanes fieles consideran que Mahoma es el "hombre perfecto" (al-Insan al-Kamil), el modelo perfecto a imitar, ¡uno puede ver la grave dificultad que podrían tener en esta era los religiosos musulmanes, tanto jóvenes como ancianos, para imitar semejante vida!

Debido a que el mundo occidental no musulmán ha avanzado mucho más que ellos en términos de tecnología y armamento moderno, la conquista de los "infieles" debió someterse a adaptaciones -guerrillas, masacres con decapitaciones, etc.

Además, imitar a Mahoma y su vida sexual se vuelve prohibitivamente difícil, si "hacen las cuentas", dado que si muchos musulmanes devotos tuvieran varias esposas, habría una escasez demográfica de mujeres idóneas y, dado que la esclavitud está prohibida por ley, resulta casi imposible en la mayoría de los países, excepto en unos pocos lugares en África, Egipto, Siria, etc., encontrar esclavas sexuales adecuadas.

Entonces, no resulta tan sorprendente que algunos "extremistas", estimulados por las promesas en el Corán de escapadas sexuales infatigables en el paraíso musulmán para los "mártires", recurran a violencia suicida, especialmente en sociedades seculares, que tienen poca reverencia por Mahoma.  Sin embargo, estos son tan sólo intentos equivocados de imitar la "perfección" del Profeta.