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¿Debe favorecerse a los refugiados cristianos de Siria?

  • EL PADRE RAYMOND J. DE SOUZA

No es demasiado fuerte llamar genocidio a lo que está sucediéndoles a los cristianos en Siria e Irak.


christianrefugees¿Debería Canadá darles preferencia a los cristianos sobre los musulmanes al aceptar 25.000 refugiados de Siria en las próximas cinco semanas?  Hay cuatro maneras de responder a esta pregunta.

Si se trata de que preferimos a los cristianos o de que no nos gustan los musulmanes o si incluso sostenemos que los cristianos se adaptarían más fácilmente a un país mayoritariamente cristiano, la respuesta debe ser no. Nuestras tradiciones democráticas liberales no permiten que el gobierno les dé preferencia a determinadas personas exclusivamente en base a su religión.  Además, según los mismos fundamentos cristianos, las obras de misericordia corporales tradicionales se ofrecen a los que tienen alguna necesidad, sin importar su credo.

La respuesta es diferente cuando se trata de una cuestión de patrocinio privado.  El sentido común se expresaría a favor de que los grupos privados tengan la posibilidad de patrocinar refugiados que se integren con mayor facilidad en los vínculos que han unificado a los patrocinadores.  Si bien la mayoría de los grupos patrocinadores son religiosos -de hecho, cristianos-, no todos lo son.  Muchos de esos grupos cristianos no tienen ningún problema en patrocinar familias musulmanas, pero hay algunos a los que les gustaría que las familias patrocinadas pudieran participar en la vida de la comunidad eclesial una vez llegadas, por lo que prefieren a una familia cristiana que sería lo más adecuado en esta situación.  Lo mismo sería de aplicación para grupos musulmanes que patrocinen familias que adhieran a la fe islámica.

Si la cuestión se pone en un contexto de seguridad, la respuesta es más delicada.  Está francamente mal decir que todos los refugiados musulmanes son terroristas potenciales; de hecho, en primer lugar, la mayoría de ellos también son víctimas del ISIS y del terrorismo.  Al mismo tiempo, es simplemente obtuso sostener que un joven musulmán sunita de Siria que antes estuvo librando una yihad contra el presidente sirio Bashar al-Assad tiene el mismo nivel de riesgo de seguridad que una familia cristiana caldea que el ISIS ha expulsado de Mosul, Irak.  Las familias cristianas caldeas no producen terroristas; pero el joven musulmán sí lo hace, en casos poco frecuentes, pero reales.

Puede parecer completamente razonable que los funcionarios canadienses de seguridad, a quienes el gobierno les ha encargado investigar a 5.000 refugiados una semana antes del 31 de diciembre, tengan eso en cuenta.  Todos saben que no es posible investigar a tantos en tan poco tiempo sin basarse en algunas reglas generales de elaboración de perfiles.  Si esas reglas favorecen a los cristianos por cuestiones de seguridad, es perfectamente legítimo.

Finalmente, si el asunto se presenta en términos de vulnerabilidad, en cuyo caso los refugiados son los que se encuentran en mayor peligro, entonces desde ya que serían de preferencia los cristianos que huyen del territorio del ISIS y de la guerra civil siria, junto con otras minorías religiosas no musulmanas.

Para empezar, los refugiados musulmanes pueden ser recibidos en los países vecinos con mayoría de musulmanes, mientras que no sucede lo mismo con los cristianos.  Vale aclarar que ser cristiano en Arabia Saudita raya con la ilegalidad.

No es demasiado fuerte llamar genocidio a lo que está sucediéndoles a los cristianos en Siria e Irak.  Se han eliminado comunidades enteras de cristianos de lugares en los que han vivido desde antes que existiera el islam.  El gobierno liberal ha aceptado el informe de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de que las escuelas residenciales constituían un "genocidio cultural" contra los aborígenes canadienses.  Se está cometiendo un verdadero genocidio contra los pueblos nativos en Medio Oriente, motivos que deberían llevar al mismo gobierno a priorizar a los refugiados cristianos, junto con otras minorías identificadas para su eliminación.

Los grupos cristianos, yazidíes y otras minorías son difíciles de alcanzar porque generalmente encuentran que los campamentos de refugiados de las Naciones Unidas, dominados por los árabes suníes e infiltrados por agentes del ISIS, son hostiles, si no físicamente peligrosos.

Los grupos cristianos, yazidíes y otras minorías son difíciles de alcanzar porque generalmente encuentran que los campamentos de refugiados de las Naciones Unidas, dominados por los árabes suníes e infiltrados por agentes del ISIS, son hostiles, si no físicamente peligrosos.  Entonces, el efecto de trabajar dentro del programa de determinación de la condición de refugiado de la ONU equivale a implementar una política que efectivamente favorezca a los musulmanes por sobre los cristianos. Sería necesaria una acción afirmativa, para utilizar un término favorecido por la administración de Obama, para dar a los refugiados cristianos la misma posibilidad que ya tienen los musulmanes.  Sin embargo, cuando se trata de cristianos, la administración de Obama no se inclina a advertir la difícil situación que los aflige.  Canadá debe hacerlo mejor.

Comencé mi columna de la última semana con el cuaderno de viaje del terrorismo islamita que circula por el mundo desde el 11 de septiembre.  En el mismo día que se publicó la columna, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, dijo lo siguiente en la embajada estadounidense en París: "No tiene nada que ver con el islam; tiene todo que ver con la criminalidad, con el terror, con el abuso, con la psicopatía, etcétera".

Durante el fin de semana en Mali, el cuaderno de viaje del terrorismo, que tomó Timbuktu al norte del país unos años atrás, aterrizó en la ciudad sureña de Barnako.  Luego de irrumpir en el hotel Radisson Blu, los yihadistas se adelantaron y le pusieron un nombre.  Permitían salir sólo a los rehenes que podían recitar versos del Corán.  Mataron a diecinueve en total.

Entre los huéspedes que se encontraban en el Radisson de Barnako, los cristianos tenían mayor necesidad de refugio que los musulmanes cuando llegaron los terroristas.  Si eso es verdad en los hoteles de lujo de Mali, lo es aún más en los territorios controlados por el ISIS.

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Agradecimiento

npEl padre Raymond J. de Souza, "Should Canada favour Syria's Christian refugees?" National Post, (Canadá) 24 de noviembre de 2015. 

 

Sobre El Autor

desouza El padre Raymond J. de Souza es capellán de Newman House, la misión católica apostólica y romana en Queen's University, Kingston, Ontario. Es editor en jefe de Convivium y senior fellow de Cardus, además de escribir para National Post y The Catholic Register. Para visitar el sitio del padre de Souza haga clic aquí. El padre de Souza es miembro del Comité Asesor del Centro de Recursos para la Educación Católica. 

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