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Una propuesta modesta para respetar la libertad de conciencia de los médicos

  • MARGARET SOMERVILLE

El Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario está consultando sobre si el derecho de los pacientes a tener acceso a ciertos procedimientos, tales como el aborto, debería superar el de los médicos que se rehúsan, por objeción de conciencia, a brindarlos.


doctor El Dr. Marc Gabel, un funcionario del Colegio, preside el grupo de trabajo que se encarga de este asunto, que está elaborando el proyecto de una nueva política sobre las "Obligaciones Profesionales y Derechos Humanos." 

Se ha informado que el Dr. Gabel ha señalado que "los médicos que no quieran brindar o facilitar un aborto por razones de conciencia no deberían ser médicos familiares" y al parecer desea que el Colegio apruebe dicha postura. Sean Murphy, del Proyecto para la Protección de la Conciencia, argumenta que "si lo hace, este año empezará la limpieza ética de la profesión médica en Ontario, deshaciéndose de los médicos que se nieguen a hacer algo que creen que está mal." 

La libertad de conciencia, así como otras libertades fundamentales consagradas en la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, es un pilar fundamental de la democracia.  Entonces, ¿cómo es que quebrar este derecho podría ser, como lo proclama el Dr. Gabel, "un requerimiento de la práctica profesional y la legislación de derechos humanos?" La mejor respuesta es que no es posible.

De hecho, sería una perversión de las normas y aplicaciones tanto de los requerimientos de la práctica profesional como de la legislación de los derechos humanos interpretarlos como si establecieran tal requisito. ¿Entonces, por qué sale a la luz esta discusión?

Murphy explica que la "cruzada por la limpieza ética de toda la profesión médica no está motivada simplemente por las preocupaciones prácticas sobre el acceso a servicios tales como el aborto o, posiblemente en el futuro, la eutanasia. Está motivada por una ideología marcadamente intolerante enmascarada como una objetividad iluminada."  Esta es otra batalla más de valores en las guerras de la cultura.

En completo contraste con aquellos "cruzados" que salen a la búsqueda de médicos con objeciones de conciencia y les exigen un tratamiento al que saben se van a rehusar, yo quiero lo contrario. Yo no quiero ser tratado por médicos que estén deseosos o bien de actuar en contra de su conciencia o que prometan realizar intervenciones que creo están seriamente equivocadas desde el punto de vista ético. Por ejemplo, si la ley de Quebec que legaliza la eutanasia sobrevive su desafío constitucional, no quiero que me trate un médico que esté deseoso de darme — o darle a cualquier otra persona — una inyección letal con la intención de matarme, o que me ayudaría — o a otros — a suicidarme.  ¿Entonces, cómo se estarían respetando mis "derechos" en este sentido? 

Ante todo, los médicos con objeción de conciencia para realizar procedimientos médicos que destruirían la vida humana o que contravengan el respeto por los mismos, incluyendo la eutanasia y el suicidio asistido, no deben ser expulsados de la profesión, como propone el Dr. Gabel.

Podría haber circunstancias excepcionales en las que los médicos que estén ejerciendo su derecho a la objeción de conciencia pongan en peligro la vida de una paciente o arriesguen seriamente su salud y que no existan alternativas razonables. La validez ética y legal de la negativa de los médicos en tal situación tendría que determinarse caso por caso, y no arrollando y destruyendo la libertad de conciencia de los médicos como lo propone el comité del Dr. Gabel.

Se debe considerar la creación de una lista pública de médicos que declaren tener una objeción de conciencia frente a realizar un procedimiento médico específico. Esto les permitiría a las personas que quieren ser atendidas por médicos con esos valores identificar a esos médicos, permitiendo al mismo tiempo que quienes deseen esos procedimientos eviten a esos médicos.

Sean Murphy, del Proyecto para la Protección de la Consciencia, argumenta que "si lo hace, este año empezará la limpieza ética de la profesión médica en Ontario, deshaciéndose de los médicos que se nieguen a hacer algo que creen que está mal." 

Se necesitaría abordar la preocupación acerca de la posibilidad de que los médicos presentes en una lista de esta naturaleza sean objeto de abusos por parte de quienes se opongan a sus valores. También se deben tomar medidas razonables para asegurar que se disponga de médicos suficientes en ambos lados para poder honrar las opciones de los canadienses. Debemos tener en mente en este sentido que a veces defender valores importantes, tales como el respeto a la libertad de conciencia, no carece de costos y debemos estar preparados para pagar lo necesario para hacerlo.

Alternativamente y además de lo arriba señalado, las instituciones de salud deberían tener el derecho a declararse a sí mismas, por ejemplo, zonas "libres de eutanasia" y "libres de suicidios asistidos por los médicos". Los pacientes que objeten tales procedimientos podrían entonces tener la confianza de que no se les someterá a estos.

Forzar a los médicos a actuar en contra de su conciencia, a hacer algo que ellos creen que está profundamente equivocado, en contra de su voluntad, no solamente les hace daño a ellos. Esta violación que coactiva su libertad de conciencia también daña a la sociedad y los valores que conforman su cultura.

Los llamados adherentes a los "valores progresivos" le dan prioridad al respeto a la autonomía del individuo cuando los valores están en conflicto, y se enorgullecen de su tolerancia. Sin embargo, esas afirmaciones solamente son probadas, cuando los "progresistas" no están de acuerdo con la posición que adopta otra persona, como en el caso de un médico que por razones de conciencia rechaza participar en un aborto o eutanasia.

En la actual controversia, los "progresistas" no están sacando buenas calificaciones en estas pruebas.  

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Agradecimiento

somervilleMargaret Somerville. "Una propuesta modesta para respetar la libertad de conciencia de los médicos." National Post, (Canadá) 23 de enero, 2015.

Reimpreso con el permiso de The National Post y de Margaret Somerville.

Sobre El Autor

Somerville2Somerville Margaret Somerville, AM, FRSC es una especialista en ética y académica australiano- canadiense. Es profesora de la cátedra de Leyes Samuel Gale, Profesora en la Facultad de Medicina, y es la Directora Fundadora del Centro de Medicina, Ética y Leyes de la Facultad de Derecho de la Universidad de McGill. Es autora de The Ethical Imagination: CBC Massey Lectures, Death Talk: The Case Against Euthanasia and Physician-Assisted Suicide, The Ethical Canary: Science, Society, and the Human Spirit, y Do We Care?.  

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