El anticristo y el culto a la autoestima

Suponía que la persona de Jesús recibió un poder divino en su bautismo (una forma de este error se denomina "adopcionismo"), pero que ese poder lo abandonó en la cruz.  Los gnósticos no podían aceptar que Dios pudiera tener algo que ver con la materia física, la cual para ellos es intrínsecamente mala.  Uno de estos herejes fue Cerinto, un egipcio que viajó a Efeso, Turquía.  San Juan vivía allí y salió disparando de un edificio ni bien entró Cerinto por temor a que se derrumbara el techo.

Ello explica la urgencia con la que San Juan escribe sus cartas.  Es el único escritor del Nuevo Testamento que usa el término "anticristo" (1 Jn 2, 18; 2, 22; 4, 3; y 2 Jn 1, 7), si bien San Pablo habla del "hijo de perdición" (2 Ts 2, 3-4).  Por cierto, sería incorrecto aducir que se sabe quién será él (o, para ser neutrales en cuanto al género: quién será él o ella), pero este ser devastador tendrá una fuerza seductora para conseguir seguidores, odiará a la Iglesia, destruirá vidas inocentes, especialmente niños, y afirmará ser más grande que Dios.

  San Juan dice que el anticristo ya está trabajando en el mundo, entonces cualquier persona que coopere con él es de un modo u otro un anticristo menor.  La esencia del anticristo es el engaño.  El anticristianismo llama bueno a lo malo y malo a lo bueno e invierte el orden natural, disfrutando sólo del desorden y la perversión. "Todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios" (1 Jn 4, 2-3).

Tratar de ver la verdad de Dios es como ver "en un espejo, en enigma" (1 Cor 13, 12), pero al menos buscamos "su rostro" (Sal 27, 8). El anticristo querrá que busquemos nuestro propio rostro.  El narcisismo es su ingenioso engaño que ha infectado nuestra cultura.  Los resultados de la encuesta "The American Freshman", en la que participaron más de nueve millones de jóvenes desde 1966, demuestran que cada vez más jóvenes están "convencidos de su propia grandeza, independientemente de que hayan logrado algo o no".  Junto con un incremento del 30 por ciento en actitudes narcisistas desde 1979, se observa una disminución en el estudio, hábitos de trabajo y capacidad para comunicarse con los demás.  No es sorprendente que: "Estos jóvenes egoístas pueden llegar a convertirse en adultos deprimidos."

El culto a la "autoestima" que las escuelas imponen en los jóvenes no es una invención moderna.  El Príncipe de las mentiras dijo al primer hombre y a la primera mujer:  "seréis como dioses" (Gen 3, 5).  El falso orgullo es la alquimia para crear pequeños anticristos.  San Juan escribió lo siguiente por amor:  "Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha." (1 Jn 4, 6).