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Dar a Dios y al César

  • EL ARZOBISPO CHARLES J. CHAPUT, O.F.M. CAP.

Si creemos en una vida futura en la que seremos responsables de nuestros actos, debemos tener en cuenta que nuestras elecciones en este mundo tendrán consecuencias muy prácticas...


render Para los cristianos, la trinidad de virtudes, es decir la fe, la esperanza y la caridad, debería dar forma a todo lo que hacemos, tanto en nuestras vidas privadas como en nuestras vidas públicas.  La fe en Dios nos da esperanzas en la vida eterna. La esperanza expulsa al miedo y nos permite amar.  Y el amor de Dios y de otros seres humanos -la virtud de la caridad- es el espíritu estimulante de todas las acciones políticas auténticamente cristianas.  Cuando me refiero al amor no quiero decir "amor" en un sentido sentimental o indulgente, al tipo de amor vacío que ofrece "tolerancia" como una coartada para la inacción en presencia del mal.  Me refiero al amor en el sentido cristiano, al amor con un corazón de coraje, amor decidido a fortalecer la justicia en la sociedad y centrado en el verdadero bien de la persona humana en su totalidad, en cuerpo y alma.

El progreso humano significa mucho más que llenarse de cosas materiales, títulos y licencias personales.  El verdadero progreso siempre incluye el carácter espiritual del hombre.  El verdadero progreso satisface el hambre de solidaridad y comunión que tenemos los hombres.  Entonces, cuando nuestros líderes y sus eslóganes nos digan "avancemos", es necesario que observemos con detenimiento cual es el camino por el que andamos, en el cual el "avance" lleva la delantera, y si dicho camino ennoblece el alma humana o sólo agrava nuestro egoísmo y nuestro apetito de cosas materiales.

Todo esto significa lo siguiente para nuestra vida pública: los católicos pueden convivir bastante pacíficamente con separación de Iglesia y estado, siempre y cuando dicho acuerdo se traduzca en una verdadera libertad religiosa.  Sin embargo, nunca podemos aceptar que se mantengan separadas nuestra fe religiosa y convicciones morales de nuestros ministerios públicos o nuestro compromiso político.  Es imposible.  Hasta incluso intentarlo está mal porque nos impone vivir dos vidas diferentes, una adorando a Dios en nuestros hogares y en las iglesias y otra adorando a la última versión del César en todos los otros ámbitos.  Esto convierte a nuestras convicciones privadas en mentiras que decimos sobre nosotros mismos y el uno al otro.

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Agradecimiento

chaput El arzobispo Charles J. Chaput, O.F.M. Cap. "Rendering to God and to Caesar", de We have no king but Caesar: Some thoughts on Catholic faith and public life (15 de septiembre de 2012).

Publicado con permiso de Su Excelencia, Mons. Charles J. Chaput, O.F.M. Cap.

Sobre El Autor

chaput1smchaput92Su Excelencia Mons. Charles J. Chaput, O.F.M. Cap. es el noveno y actual Arzobispo de Filadelfia. Sirve en esa sede desde su toma de posesión el 8 de septiembre de 2011. Anteriormente fue Arzobispo de Denver (1997-2011) y Obispo de Rapid City (1988-1997). Como miembro de la tribu Prairie Band Potawatomi, el Arzobispo Chaput es el segundo nativo americano en ser ordenado Obispo en Estados Unidos, y el primer nativo americano en ser Arzobispo. Es autor del libro electrónico A Heart on Fire: Catholic Witness and the Next America (Un corazón en llamas: Testigos Católicos en la siguiente América), así como Render Unto Caesar: Serving the Nation by Living our Catholic Beliefs in Political Life (Darle al César: Servor a la Nación viviendo nuestras creencias católicas en la vida política) y Living the Catholic Faith: Rediscovering the Basics (Vivir la fe católica: Redescubrir la esencia).

Copyright © 2012 El Arzobispo Charles J. Chaput, O.F.M. Cap.
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