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¿Quiere Jesús realmente que comamos su cuerpo?

  • EDWARD SRI

¿Qué quiso decir Jesús con sus misteriosas palabras en la Última Cena: "Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo... Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre..."? 


eucharist01¿Quiere Jesús realmente que comamos su cuerpo y bebamos su sangre?

Jesús dijo que estaría presente entre su gente de muchas maneras.  Está presente en la oración.  "Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos" (Mt 18, 20).  Él está presente en las Escrituras, los sacramentos y el sacerdote.  Y Él está presente en los pobres, los enfermos y los presos (Mt 25, 31-46).

Sin embargo, los católicos creen que Jesús se encuentra especialmente presente en la Eucaristía.  Está presente en el sentido más completo, haciéndose "totalmente presente". [1] Es que la Eucaristía no es tan sólo un símbolo de Jesús o un recordatorio sagrado de su amor por nosotros.  La Eucaristía, en el sentido más profundo, es Jesús.  Durante la consagración en la Misa -cuando el sacerdote repite las palabras que dijo Jesús en la Última Cena: "Este es mi cuerpo... Esta es mi sangre..."- el pan y el vino se convierten en el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo.

¿Cómo puede suceder esto?  ¿Puede ser que una rodaja de pan y una gota de vino se conviertan realmente en el cuerpo y sangre de Jesús?  La Eucaristía, después de todo, aún sigue teniendo el aspecto, el sabor, la textura y el perfume del pan y del vino.  ¿Cómo podemos decir que se trata verdaderamente del cuerpo y la sangre de Cristo si nuestros cinco sentidos dicen lo contrario?

El término teológico que se utiliza para describir este cambio es la "transubstanciación".  La palabra describe el modo en que, si bien el pan y el vino conservan su aspecto, "se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio" (CIC 1376).

No obstante, es importante observar que no se trata de un cambio químico.  Si debiéramos observar la hostia consagrada bajo el lente de un microscopio, no veríamos una vesícula biliar divina, como así  tampoco observaríamos los glóbulos rojos o la hemoglobina sobrenatural de Cristo mediante un experimento científico con el vino consagrado.  La Eucaristía tiene el sabor, la textura y la apariencia del pan y del vino, pero el cuerpo y la sangre de Cristo se encuentran verdaderamente presentes detrás de esa apariencia exterior que perciben nuestros sentidos (CIC 1376).  Tal como lo sostuvo un teólogo cristiano de los primeros tiempos, "No veas en el pan y en el vino meros y naturales elementos, porque el Señor ha dicho expresamente que son su cuerpo y su sangre: la fe te lo asegura, aunque los sentidos te sugieran otra cosa". [2]

La Biblia revela que las palabras de Dios son tan poderosas que sus órdenes se cumplen.

La Biblia revela que las palabras de Dios son tan poderosas que sus órdenes se cumplen.  Cuando dice, "que se haga la luz" en la creación, la luz aparece de repente.  Con sólo decirlo, el sol, la luna y las estrellas comienzan a existir.  El poder de esas palabras divinas también está en Jesús.  Cuando Jesús dijo a un hombre paralítico "Levántate, toma tu camilla y camina", el hombre se curó de inmediato y comenzó a caminar (Jn 5, 8-9).  Cuando Jesús le dijo a Lázaro que saliera de la tumba, Lázaro salió resucitado de entre los muertos (Jn 11, 43-44).  Y cuando le dijo a una persona "tus pecados te son perdonados" (Mt 9, 2), le han sido perdonados de verdad.

Del mismo modo, Jesús tomó el pan y dijo "Este es mi cuerpo" y tomó el vino y dijo "Esta es mi sangre".  Estas palabras sagradas provocan lo que dice.  Los católicos creen que las mismas palabras divina en Cristo que tuvieron el poder de sanar, de resucitar a los muertos y de perdonar los pecados, pueden transformar el pan y el vino en su cuerpo y su sangre.  En el próximo artículo, aprenderemos porqué quiso que nosotros comiéramos su Cuerpo y bebiéramos su Sangre en la Eucaristía.

Notas al pie:

[1] CIC 1374.


[2] Citado por Juan Pablo II en Ecclesia de Eucharisitia, N° 15.

Ver la segunda parte de esta serie "La Eucaristía: ¿La verdadera presencia es bíblica?"

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Agradecimiento

sriEdward Sri. "¿Quiere Jesús realmente que comamos su cuerpo?" Edward Sri blog (2015). 

Reimpreso con el permiso de Edward Sri.

Sobre El Autor

sri10sri9Dr. Edward (Ted) Sri es un profesor Asistente de teología en el Benedictine College en Atchison, Kansas, y un colaborador frecuente de Lay Witness. Edward Sri es el autor de Rediscovering the Heart of the Disciple: Pope Francis and the Joy of the Gospel, Men, Women and the Mystery of Love: Practical Insights from John Paul II's Love and ResponsibilityMystery of the Kingdom (Misterio del Reino), The New Rosary in Scripture: Biblical Insights for Praying the 20 Mysteries (El Nuevo Rosario en la Escritura: Perspectiva Bíblica. Su último libro es Queen Mother: Queen Mother: A Biblical Theology of Mary's Queenship (Reina Madre) basado en su disertación doctoral que está disponible llamado a Benedictus Books al (888) 316-2640.Los miembros de CUF reciben un descuento de 10 por ciento.

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