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El nuevo maná, la Eucaristía, es la comida sobrenatural dada para la vida sobrenatural

  • CARL E. OLSON

En las lecturas del domingo 22 de junio, la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.


EucharistLecturas:

• Dt 8:2-3, 14b-16a
• Salmo 147:12-13, 14-15, 19-20
• 1 Cor 10:16-17
• Jn 6:51-58

En mis años finales de adolescencia comencé a tener preguntas sobre las creencias y prácticas de la pequeña capilla bíblica fundamentalista – cofundada por mis padres – a la que había asistido casi toda mi vida. Muchas de estas preguntas estaban solo medio formadas en ese entonces, pero luego se hicieron más acuciantes, haciendo que pensara nuevamente muchas de las cosas que me habían enseñado.



¿Por qué era que, me preguntaba, había escuchado varios sermones sobre la ramera Rahab (Josué 2 y 6) y solo uno sobre María, la Madre de Dios? ¿Por qué sí celebrábamos la Pascua y la Resurrección de Cristo, pero ignorábamos el Viernes Santo y la conmemoración de su muerte? ¿Y por qué celebrábamos la Última Cena del Señor, pero siempre se enfatizaba que nuestro servicio de la comunión tenía solo una ''naturaleza'' simbólica?



Este último asunto era especialmente irritante y se hizo más problemático luego de asistir a la universidad bíblica evangélica durante dos años. Escuché sermones y conferencias sobre el milagroso don del maná (Ex 16; Num 11), pero no recuerdo haber escuchado uno sobre los últimos veinte versículos del capítulo seis de Juan. Ese pasaje me fascinaba y me complicaba. Lo leía una y otra vez, dándole vueltas a esas palabras sorprendentes, leídas hoy en el pasaje del Evangelio, cuando Jesús dice "Amén, amén, os digo, a menos que coman la carne del Hijo del Hombre y beban de su sangre, no tendrán vida en vosotros".



Juan 6, especialmente los versículos del 51 al 71, eran el pasaje más molesto de la Biblia para mí como protestante. Esa sección de la escritura jugó un rol esencial en la decisión de mi esposa y mía para convertirnos al catolicismo, entrando a la Iglesia juntos en 1997. Sí, hubo muchas otras cosas importantes, incluyendo la autoridad de la Iglesia, historia, María y los otros sacramentos, pero en el corazón de nuestra hambre estaba el deseo por el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.



"Porque mi carne es verdadera comida", dijo Jesús a sus discípulos y a los otros que lo oían "y mi sangre es verdadera bebida". Me convencí de lo que la Iglesia enseñaba – y que lo enseña desde hace dos mil años – sobre la presencia real: "En la Eucaristía, Cristo da el mismo cuerpo que por nosotros entregó en la cruz, y la sangre misma que "derramó por muchos [...] para remisión de los pecados" (Catecismo de la Iglesia Católica 1365). 


 Cuatro veces en Juan las palabras "Amén, amén" (o en verdad, en verdad) son dichas por Jesús (versículos 26, 32, 47, 53). Cada uno significa una transición y una enseñanza de gran importancia, cada una es una revelación más profunda sobre la persona y la obra de Cristo. Primero Jesús reprende a la gente por buscar solo comida terrenal, temporal, ya que en vez de eso debería creer en él (29). En segundo lugar, Jesús enfatiza que es su Padre, no Moisés, quien dio el maná en el desierto. En tercer lugar, Jesús señala firmemente que creer en Él es tener vida eterna (versículo 47) y que Él es el "pan de vida" (48). Luego Él anuncia, para sorpresa de los presentes, que el pan al que se refiere es su carne. "Este es el pan que ha bajado del cielo. A diferencia de sus ancestros que comieron y murieron, quien coma de este pan vivirá para siempre", dijo Jesús.

Jesús había alimentado a la gente con pan verdadero (Jn 6:1-14). Luego les ofreció la vida real y verdadera a los que creyeron en Él. Y luego Él les ofreció su carne verdadera como comida y su sangre como bebida. La comida natural, por supuesto, sostiene la vida natural. Y el maná, aunque dado de manera milagrosa, era todavía comida natural para la vida natural. Pero el nuevo maná, el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, es comida sobrenatural dada para la vida sobrenatural. Este nuevo maná, la Eucaristía, es la "fuente y cumbre de la vida cristiana" (CIC). Es, como escribió Pablo a los Corintios, la participación en el cuerpo y la sangre de Cristo.


Es, para mí, ya no una molestia, sino algo aún sorprendente. 

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Agradecimiento

Carl E. Olson. "The new manna, the Eucharist, is supernatural food given for supernatural life." Catholic World Report (June 21, 2014).

Esta columna "Opening the Word" apareció publicada originalmente el 25 de mayo de 2008 en el diario Our Sunday Visitor. Publicado con autorización del autor, Carl E. Olson.

Catholic World Report es una revista informativa en línea que cuenta las historias desde un punto de vista católico ortodoxo. Luego de más de 20 años liderando las noticias católicas y el análisis, CWR puso todo su interesante contenido en línea, libre para todo lector sin suscripciones, en enero de 2012. Ingrese para recibirlo aquí.

Sobre El Autor

Olson3OlsonsmCarl E. Olson es editor de Insight.com de Ignatius y editor de Catholic World Report, autor de dos libros y numerosos artículos y bloguero frecuente. Carl Olson es el autor de Will Catholics Be Left Behind? A Catholic Critique of the Rapture y coautor del best seller The Da Vinci Hoax: Exposing the Errors in The Da Vinci Code.

Copyright © 2014 Carl E. Olson
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