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¿Qué es un santo?

  • PETER KREEFT

Los santos no son gente rara ni excepcional, son el modelo estándar operativo para los seres humanos.


frasatiBl. Pier Giorgio Frassati
1901-1925

¿Por qué la Iglesia incluye el Día de todos los Santos (1 de noviembre) en su calendario de fiestas solemnes? ¿Por qué el Credo de los Apóstoles incluye "la comunión de los santos" como uno de los doce artículos esenciales de nuestra fe?

Porque, como afirma Charles Peguy, "al final de cuentas la vida tiene una sola tragedia: no haber sido santos". 

Los santos no son gente rara ni excepcional. Son el modelo operativo estándar para los seres humanos. De hecho, en el sentido bíblico de la palabra, todos los creyentes son santos. "Santidad" significa santidad de vida. Todos los hombres, mujeres y niños, nacidos o no nacidos, feos o bonitos, heterosexuales u homosexuales, son santos, porque reflejan la imagen de Dios.

Los santos no son lo opuesto a los pecadores. No hay opuesto a los pecadores en este mundo. Solo hay pecadores salvados y pecadores no salvados. Por eso santo no significa "sin pecado", sino "puesto aparte": llamado de este mundo al destino del éxtasis eterno con Dios.

¿Qué es un santo? Primero que nada, ya sabemos que es un picador. Un santo sabe todas las noticias, las malas noticias del pecado y las buenas noticias de la salvación. Un santo es un verdadero científico, un verdadero filósofo.

Un santo conoce la verdad. Un santo es un observador, uno que ve lo que está allí. Un santo es un realista.

Un santo también es un idealista. Un santo abraza el sufrimiento heroico a partir del amor heroico. Un santo también abraza la alegría heroica. (Este es uno de los criterios para la canonización: los santos deben ser alegres).

Un santo es un servidor de Cristo. Un santo es también un conquistador más grande que Alejandro Magno, que solo conquistó el mundo. Un santo se conquista a sí mismo. ¿De qué le sirve al hombre conquistar todo el mundo si no se conquista a sí mismo?

Un santo es tan abierto que puede decir, con Pablo, "he aprendido, en la situación que sea que me encuentre, a ser autosuficiente. Sé cómo vivir en circunstancias humildes, sé también cómo vivir en abundancia" (Fil. 4:11-12).  Un santo se casa con Dios "en la prosperidad y en la adversidad, en la pobreza y la riqueza, en la salud y la enfermedad, hasta la muerte". Un santo es además tan determinado, tan terco, que morirá antes de comprometer la verdad, y escribirá el credo en la arena con su propia sangre mientras muere. (Un santo realmente hizo esto).

El corazón de un santo se quiebra por cada pequeña pena y pecado. El corazón de un santo también es tan fuerte que ni siquiera la muerte puede con él. Es indestructible porque es demasiado frágil.

Un santo es un enemigo jurado del demonio, el mundo y la carne. Está enfrascado en un combate mortal con los principados y las potestades. Un santo también es un amigo y amante del mundo. Besa a este mundo canceroso por el pecado, con los tiernos labios del Dios de Juan 3:16.  Un santo declara la guerra de Dios en este mundo, hundiendo la cruz en el enemigo que ocupa la tierra como una espada, cuya empuñadura es sostenida por el cielo. Al mismo tiempo extiende sus brazos sobre esa misma cruz como si dijera: "¿Lo ven? ¡Así de grande es mi amor por ustedes!"

Un santo es la novia de Cristo, totalmente adherido, fiel, dependiente. Un santo también es totalmente independiente, desapegado de los ídolos y de otros esposos. Un santo obra entre los ídolos del dinero, del poder y del placer: como una mujer casada que trabaja en medio de otros hombres pero que nunca se enredará con ellos o siquiera flirteará con alguno.

Un santo está más alto que cualquiera en el mundo. Un santo es un verdadero escalador de montañas. Un santo es también más bajo que cualquiera en el mundo. Como el agua, fluye en los lugares más recónditos, como en Calcutta.

El corazón de un santo se quiebra por cada pequeña pena y pecado. El corazón de un santo también es tan fuerte que ni siquiera la muerte puede con él. Es indestructible porque es demasiado frágil.

Un santo retira sus manos del timón de su vida y se lo da a Dios. Eso da miedo porque Dios es invisible. Un santo también tiene un par de manos que mueven al mundo. Tiene un par de pies que se mueven en el mundo con paso seguro.

Un santo no permite que otros jueguen a Dios con él. Un santo recibe sus órdenes del General, no del ejército. Un santo tampoco juega a ser Dios con otros.

Un santo es un pequeño Cristo. No solo vemos a Cristo a través de Sus santos, como la luz a través de un cristal, sino que entendemos a los santos solo a través de Cristo, como entendemos los huevos gracias a las gallinas.

Los santos son nuestra familia. Somos un cuerpo. Son nuestras piernas y nosotros somos las suyas. Por eso es que su fiesta es nuestra fiesta. Como Pascal dice, "ejemplos de nobles muertes de espartanos y otros difícilmente nos afectan… pero el ejemplo de las muertes de los mártires sí nos afectan, porque son miembros nuestros… no nos hacemos ricos cuando vemos a un extraño rico, sino cuando tenemos un padre o un marido rico".

No nos convertimos en santos pensando en serlo y, (ciertamente) tampoco escribiendo al respecto, sino simplemente siéndolo. Llega un momento en el que la pregunta sobre el "¿cómo?" se detiene y simplemente lo somos. Si a aquel a quien amamos estuviera tocando nuestra puerta para entrar, ¿preguntaríamos acaso cómo funciona la puerta y cómo se deben mover los músculos para abrirla?"

Francisco de Asís una vez le dijo a sus monjes que si todos estuvieran ante una visión mística y de repente un vagabundo tocara su puerta pidiendo un vaso de agua fresca, el verdadero cielo estaría realmente en dejar la visión para ayudar al peregrino; mientras que no atender al vagabundo para estar ante la visión sería como darle la espalda al rostro de Dios.

Un santo es alguien que ve quién es el vagabundo: Jesús.

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Agradecimiento

NCRegPeter Kreeft.  "¿Qué es un Santo? National Catholic Register. (October 1987).

Publicado con permiso del autor y del National Catholic Register. Para suscribirse al National Catholic Register llame a Estados Unidso al 1-800-421-3230.

Foto del Beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925).

Sobre El Autor

Kreeft15Kreeft11Peter Kreeft, Ph.D., es un professor de filosofía del Boston College. Es exalumno del Calvin College (AB 1959) y de la Fordham University (MA 1961, Ph.D., 1965). Enseñó en la Villanova University entre 1962 y 1965, y ha estado en el Boston College desde 1965. Es autor de numerosos libros (más de cuarenta) entre los que se incluyen los siguientes: The Snakebite Letters, The Philosophy of Jesus, The Journey: A Spiritual Roadmap for Modern Pilgrims, Prayer: The Great Conversation: Straight Answers to Tough Questions About Prayer, How to Win the Culture War: A Christian Battle Plan for a Society in Crisis, Love Is Stronger Than Death, Philosophy 101 by Socrates: An Introduction to Philosophy Via Plato's Apology, A Pocket Guide to the Meaning of Life, y Before I Go: Letters to Our Children About What Really Matters. Peter Kreeft forma parte del comité asesor de Catholic Education Resource Center.

Copyright © 1987 National Catholic Register
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