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¿Por qué los católicos están obsesionados con el sexo?

  • EL PADRE DWIGHT LONGENECKER

¿Por qué los católicos están obsesionados con el sexo?


oldcouple Esta es la pregunta que suelen hacer quienes no son católicos.

"¿Cuál es el problema? Sólo se trata de sexo. ¿Por qué los católicos se ponen tan tensos con este tema?".

La actitud entre quienes hacen esta pregunta deja en evidencia lo que entienden por actividad sexual: es como el tenis - si tienes una buena pareja, seguro jugarás bien.

En otras palabras, "El sexo es una cuestión de recreación más que de procreación".

Muchos cristianos de la boca para afuera hacen preguntas similares.

Cuando los obispos estadounidenses hablaron con dureza sobre la epidemia de la pornografía, en el titular de un periódico "católico" refunfuñaron: "¿Por qué los obispos católicos siguen estando obsesionados con asuntos pélvicos?".

Una respuesta podría ser "Los católicos no son los que están obsesionados con el sexo. Es el mundo secular. De hecho, lo pueden llamar mundo "sexular" porque todo lo que recibimos de los medios seculares es sexo ininterrumpido".

Eso es verdad, pero también es verdad que los católicos están preocupados por el sexo. Nos preocupamos por el sexo porque nos preocupamos por las personas.

El sexo no es sólo de donde vienen los niños –y nos preocupamos por los niños– sino que también es donde aprendemos a amar correcta y plenamente o todo lo contrario.

Nos preocupa el amor porque el amor es lo más grande y lo más importante que debemos aprender a dar en nuestras vidas. 

Podemos decirlo así: todos comenzamos a existir con una herida abierta llamada la herida del amor. Sentimos que no somos lo suficientemente amados y no sabemos muy bien cómo amar a los demás. A lo largo de nuestras vidas intentamos amar y terminamos con una herida mucho más profunda. Herimos y nos hieren más. Echamos todo a perder en el amor. Nos equivocamos. Lastimamos y nos lastiman.

Además, aprender a amar a los demás también es aprender a amarnos a nosotros mismos plenamente. También lo echamos todo a perder ahí y nuestra actividad sexual está completamente ligada a nuestros intentos por encontrar el amor verdadero y duradero. Entonces, nos acostamos con cualquiera. Consumimos pornografía. Nos involucramos en cosas desagradables. Nos interesamos superficialmente por el sexo porque estamos intentando aprender a amar y aprendemos que lo único que el sexo no nos ha ayudado a hacer es aprender a amar de verdad, sino que ha entorpecido todos nuestros intentos por encontrar el verdadero amor. En consecuencia, nuestra herida se profundiza y nos echamos atrás para meternos en nuestras corazas -en nuestras vidas de amores no correspondidos- nuestra propia soledad eterna.

La Iglesia católica -basándose en dos mil años de sabiduría y experiencia- nos dice con ternura: "Este asunto del amor es difícil. Es una gran aventura. Necesitan un mapa y un guía y mentor. Es una búsqueda que dura toda la vida. Aprender a amar realmente no es un logro fácil o rápido. Por ese motivo es necesario asumir un único compromiso con una sola persona para estar toda la vida juntos, para que un hombre y una mujer puedan embarcarse en esta gran aventura juntos y tal vez, sólo tal vez, lo logren hasta el final. Así, después de una vida repleta de sacrificios, cuando crucen la línea de llegada, podrán alzar la cabeza y los brazos gritando: "¡Lo hicimos! ¡Creo que lo hicimos! ¡Aprendimos a amar!".

¿Por qué es tan importante eso? Porque eso significa ser completamente humano. Aprender a amar a otra persona es una gran aventura y para eso estamos aquí.

¿Por qué es tan importante eso? Porque aprender a amar también es aprender a penetrar el corazón de Dios mismo, que es amor. Siempre me conmueven las líneas finales de Les Misérables "Amar a otra persona es ver el rostro de Dios".

Este es el motivo por el cual los católicos estamos "obsesionados con el sexo", porque lo que hacemos con nuestras partes privadas está relacionado con aprender a amar en la creatividad, fidelidad, pureza y verdad. Este es un viaje humano sagrado, precioso y hermoso. Es un tesoro que es eterno y una belleza que dura para siempre.

El sexo barato nos trata como basura. El sexo barato y sucio es al amor verdadero lo que un vaso de plástico es a una vasija china.

El sexo barato entonces trata a las personas como un vaso de plástico... Algo para usar, romper y tirar.

¿Los católicos están obsesionados con el sexo?

Sería más preciso decir que estamos obsesionados con el verdadero amor, la verdadera vida y con encontrar la belleza eterna de Dios mismo.

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Agradecimiento

longenecker Padre Dwight Longenecker. "Why Are Catholics Obsessed With Sex?" (¿Por qué los católicos están obsesionados con el sexo?) Patheos (Standing on My Head) (20 de noviembre de 2015).

Reimpreso con el permiso del Padre Dwight Longenecker. Standing on my head es el blog del Padre Longenecker en Patheos.

Sobre El Autor

Longenecker1LongeneckerEl padre Dwight Longenecker es párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario en Greenville, Carolina del Sur. Es autor de varios libros sobre apologética, relatos de conversión y espiritualidad benedictina, entre los que se incluyen los siguientes:  The Romance of Religion — Fighting for Goodness, Truth and BeautyCatholicism Pure and SimpleSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayAdventures in OrthodoxyPraying the Rosary for Inner Healing, Listen My Son: St. Benedict for FathersChallenging Catholics: A Catholic Evangelical DialogueSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayMary: A Catholic-Evangelical Debate y The Path to Rome. Visite su sitio haciendo click aquí y su blog aquí, allí podrán escuchar los podcasts de sus conferencias y homilías.

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