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Mi oración favorita

  • EL PADRE ROBERT J. SPITZER, S.J.

La oración que rezo con más frecuencia es: "Que se haga tu voluntad".


francispraying Descubrí que esta oración nos trae la paz y la calma de Dios y que permite que nos libremos de nuestras ataduras y descancemos en las manos providenciales de Dios.

Su paz y calma son esenciales para que yo tenga la libertad de verme tal cual soy. No es necesario que sea un Mesías, no debo ser el mejor, no debo ser un ser supremo ni debo hacer que los demás piensen que lo soy porque Dios está en el centro de mi universo y Dios se está ocupando de lo que no puedo hacer por mis propios medios. Cuando la gente me confronta y me pregunta "Spitzer, ¿cuánto vales?", puedo responder simplemente, "Soy tan valioso como Dios quiere que sea y supongo que eso es suficiente". No debo preocuparme por ser más valioso. De hecho, no debo preocuparme por ser el más valioso.

"Que se haga tu voluntad" no vicia mi deseo de aportar cosas a los demás cuando me trae esta paz y calma. Es liberador ver claramente lo que es cierto y lo que es falso, lo que es digno de lucha y lo que no, lo que llevará a la vida y lo que llevará a la muerte. La paz no aniquila el fervor; lo purifica. La calma no enerva; energiza.

La paz de la que hablo no emana de la ausencia de presión o temor. Es una paz llena de Verdad que es tan fundamental que no necesito gritar mis éxitos a los cuatro vientos, crear un mito ni conseguir la aprobación de los demás. "Que se haga tu voluntad", dicho al comienzo y muchas veces a lo largo del día, es la paz de Dios llena de Verdad fundamental, que me da energía para aportar cosas a los demás, entablar amistades, alcanzar metas, competir y crear.

En la vasta mayoría de las tradiciones religiosas, se lo ve a Dios como amoroso y bueno. La voluntad de Dios también se ve como amorosa y buena. De hecho, la infinita providencia de Dios orquesta un despliegue de actividades humanas que tienden a lo bueno.


Muchas veces siento la inclinación de decirle a Dios "Debes resolver esta terrible situación de la siguiente manera. Tengo un plan de catorce pasos para que puedas ver claramente la mejor forma de lograr que surja algo bueno de esta situación. ¿Te importa si agrego también un cronograma?". De más está decir que el plan de Dios nos lleva a lugares a los que yo no puedo llegar y respeta la libertad y las necesidades de los demás. 

"Que se haga tu voluntad", dicho al comienzo y muchas veces a lo largo del día, es la paz de Dios llena de Verdad fundamental, que me da energía para aportar cosas a los demás, entablar amistades, alcanzar metas, competir y crear.

Como yo no soy Dios, en general no logro acomodar todas las cosas y así es como Dios algunas veces permite que mis planes fracasen en tiempos difíciles (gracias a Dios).

El punto aquí es que la voluntad de Dios no es una espada de Damocles; no es una condena inminente. No es una dificultad que no pueda soportar. Dios no es un estoico que piensa para sí "voy a someter a Spitzer a un poco más de sufrimiento porque tiene que ser más fuerte". Dios no es un sádico que dice "lo que no lo mate, lo hará más fuerte".

Dios no está esperando la oportunidad para vengarse de la gente por cosas que hicieron quince años antes. Dios es gentil y humilde de corazón, incondicionalmente bueno y amoroso. Por ende, no es necesario que nos encojamos y postremos ante la voluntad de Dios. Debemos confiar en ella, debemos confiar en su admirable belleza, en su poder incondicional de hacer que brote la bondad de la aparente diversidad ilimitada de las vidas de tantas personas, debemos confiar en el afecto con que los profetas hebreos se refirieron a "hesed we emet" (el amor de un padre por su hijo).

Vivir la vida con fe nos permite experimentar con convicción profunda la verdad de confiar en esta voluntad incondicionalmente amorosa y hace que la oración esencial "que se haga tu voluntad" sea el vehículo de una gracia más eficaz en nuestras vidas.

Digo esta oración tanto antes de dar charlas o de escribir como antes de mirar mi agenda. Me tranquiliza ya que no deseo tener éxito en algo que no sea la voluntad de Dios, preferiría más bien su destrucción o desaparición. Lo que sí deseo es tener éxito en todo lo que sea la voluntad de Dios ya que de ese modo tendré conciencia de que serviré de vehículo para la bondad, el amor y la verdad en el mundo. 

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Agradecimiento

spitzer Padre Robert Spitzer, S.J. "My favorite Prayer." (Mi oración favorita) de Healing the Culture (7 de septiembre de).

Extracto del libro del Padre Spitzer: Healing the Culture. Reimpreso con el permiso del Spitzer Center.

El objetivo del Spitzer Center es fortalecer la cultura, la fe y el espíritu en las organizaciones católicas para la nueva evangelización. Leer "Why the Spitzer Center Adopted a Catholic Mission" por el Padre Spitzer aquí.  

Sobre El Autor

spitzerSpitzer1El Padre Robert Spitzer, S.J.  es actualmente Presidente del Magis Center de Fe y Razón y del Spitzer Center for Ethical Leadership. El Padre Spitzer fue Presidente de la Gonzaga University entre 1998 y 2009. Ha publicado 5 libros, inició seis institutos nacionales y da conferencias sobre la filosofía de la ciencia, la filosofía de Dios y ética. Ha hecho consultorías éticas para más de 300 organizaciones, incluyendo a Boeing, Caterpillar, Toyota, Costco, el Gabinete del Primer Ministro Británico, los líderes de Costa Rica, líderes protestantes y católicos en Irlanda del Norte, y en la Iglesia Ortodoxa de Rusia. El Padre Spitzer es el autor de New Proofs for the Existence of God: Contributions of Contemporary Physics and PhilosophySpirit of Leadership: Optimizing Creativity and Change in OrganizationsFive Pillars of the Spiritual Life: A Practical Guide to Prayer for Active People, Healing the Culture: A Commonsense Philosophy of Happiness, Freedom, and the Life IssuesTen Universal Principles: A Brief Philosophy of the Life Issues, así como de videos tales como Suffering and the God of LoveHealing the Culture

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