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La victoria de la Pascua

  • EL OBISPO ROBERT BARRON

¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!


risen5 Hoy celebramos la Resurrección de Jesús de entre los muertos. Pero, ¿qué significa cuando decimos que “Jesús conquistó el sepulcro”?

En los Evangelios Jesús es descrito no tanto como un maestro ético, sino como un guerrero cósmico, quien vino a luchar contra los poderes de la enfermedad, las dolencias, el dolor y el pecado. Nos muestra su Señorío sobre la propia naturaleza caída al calmar la tempestad y sanar los cuerpos destrozados.

Jesús termina con estos poderes y lucha con ellos—si bien no con las armas de este mundo—sino con las armas de Dios de la no violencia, la compasión y el perdón.

El cosmos, que se había estado moviendo en una dirección, ahora parece estarse moviendo en un nuevo sentido a través de él. Los poderes de la disolución, de la división y de la separación ahora están siendo conquistados. Jesús está volviendo a tejer el cosmos desgarrado.

Pero, ¿cuál es el poder definitivo del mundo, la última fuente de violencia, pecado, división y disolución? Se trata del poder del pecado.

Dado que tenemos miedo a morir, nos aferramos a nosotros mismos defensivamente; tratamos de aplacar nuestro miedo a través de cosas materiales como el sexo y el poder; arremetemos contra los demás con violencia. La muerte rasga el tejido del cosmos. Podría decirse que el miedo a la muerte es la raíz de todos los pecados y de toda la violencia de la comunidad humana.

Por lo tanto, así como Jesús—el guerrero de Dios—vino a luchar contra todos los poderes que se oponían a las intenciones de Dios, así como él vino a traer el “sí” de Dios en lugar del “no” del mundo, así también tuvo que enfrentarse con el poder más grande y definitivo.

Durante toda su vida Jesús permaneció entre las aguas turbias de la disfunción humana, pues tuvo que relacionarse con ella muy de cerca, empleando las palabras de san Anselmo, hasta sacar el diamante del estiércol.

Jesús entró al reino de la muerte para llevar a aquel lugar obscuro la luz de Dios—y, más concretamente, nos trae el poder de Dios, y con este poder rompe las ataduras que la muerte tenía sobre nosotros.

Por lo tanto, la Resurrección de Jesús es una declaración de victoria sobre este terrible poder.

La nube obscura que se había cernido sobre nuestras vidas, volviéndonos contra nosotros mismos y contra los demás con violencia, ha sido eliminada. El poder que nos mantenía prisioneros ha sido vencido.

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Agradecimiento

barronEl Obispo Robert Barron, "Domingo de Gloria – La victoria de la Pascua." Word on Fire (Marzo 27, 2016).

Reimpreso con permiso El Obispo Robert Barron. 

Sobre El Autor

barron1barron El obispo Robert Barron es obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Los Ángeles. También es fundador de Word on Fire y creador y conductor de un documental de 10 capítulos titulado CATHOLICISM (www.catholicism.wordonfire.org). Ha producido más de 350 videos con comentarios en línea que cuentan con más de 9.5 millones de vistas de todo el mundo. Haz clic aquí para ver su canal de YouTube. Los DVDs del obispo Barron se utilizan como recursos de formación en la fe en muchas universidades, escuelas, parroquias y hogares a lo largo de los Estados Unidos. La serie incluye Exploring Catholic Theology, And Now I See: A Theology of TransformationThomas Aquinas: Spiritual MasterHeaven in Stone and Glass: Experiencing the Spirituality of the Great CathedralsEucharist (Catholic Spirituality for Adults)Priority of Christ, The: Toward a Postliberal Catholicism, y Word on File: Proclaiming the Power of Christ.

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