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San Juan Pablo II y la 'tiranía de lo posible'

  • GEORGE WEIGEL

La reputación de los grandes muchas veces se atenúa con el transcurso del tiempo.


jpii777 Diez años después de su santa muerte el 2 de abril de 2005, Karol Wojtyla, el papa San Juan Pablo II, cobra mayor importancia que la que tenía cuando el mundo se reunió figurativamente al lado de su cama una década atrás: decenas de millones de hombres y mujeres de todo el mundo que sintieron el impulso, y tuvieron el privilegio, de rezar con él en el transcurso de lo que él mismo llamó su "Pascua" --su liberación a través de la muerte hacia una nueva vida de libertad en la gloria resplandeciente del Dios Trino.

En este aniversario, como en su canonización el año pasado, lo que parece ser más memorable sobre este hombre, al menos en este momento histórico, es que se negó a adaptarse a la "tiranía de lo posible": la idea de que algunas cosas simplemente no pueden enmendarse; que debemos soportar las cosas tal cual son, sin importar cuánto nos desagraden.

Había una gran resignación desmoralizadora en la Iglesia y el mundo cuando Karol Wojtyla fue elegido obispo de Roma el 16 de octubre de 1978. El mundo, desde San Francisco hasta los Montes Urales, parecía estar permanentemente dividido entre dos campos hostiles, ideológicamente opuestos y montados con armas nucleares, a lo largo de una línea divisoria definida al final de la Segunda Guerra Mundial. Trece años después de la culminación del Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica también parecía estar permanentemente dividida -y tal vez condenada a la misma suerte que la línea principal del protestantismo liberal, que (para tomar prestado del Padre Richard John Neuhaus) se convirtió en la línea vieja y que ahora se encuentra en camino a convertirse en una línea secundaria. La convicción católica robusta y evangélicamente vibrante, según parecía, no tenía más lugar en el "mundo real" de la modernidad tardía que el que tuvo el sueño de una Europa sin el Muro de Berlín.

Sin embargo, Juan Pablo II, quien lograba combinar una percepción mística con una sagacidad notable, se rehusó a someterse pasivamente a la dictadura de lo inevitable. El Señor le había dicho al profeta, "Venid, pues, y disputemos" (Isaías 1, 18) y eso es exactamente lo que hizo el 264° obispo de Roma.

Se rehusó a creer que el Concilio Ecuménico Vaticano II, que él mismo experimentó como una obra poderosa del Espíritu Santo, sólo pudiera conducir a una permanente incoherencia y división en el catolicismo; y al darle una interpretación magisterial al Concilio, el pontificado de Juan Pablo II fortaleció las partes vivientes de la Iglesia e hizo que el Concilio Vaticano II sirviera de plataforma para el lanzamiento de la nueva evangelización y el redescubrimiento de sí misma de la Iglesia como una empresa misionera.

Sin embargo, Juan Pablo II, quien lograba combinar una percepción mística con una sagacidad notable, se rehusó a someterse pasivamente a la dictadura de lo inevitable.

Se rehusó a creer que las ideas falsas de la persona humana y de la historia de la humanidad encarnadas en el comunismo pudieran dividir a Europa de manera indefinida. Así fue que, iniciando una revolución de conciencia detrás de la cortina de hierro, el hombre que al que el último presidente de la Unión Soviética se refirió como "la autoridad moral más grande del mundo" se convirtió en un agente de liberación de sus hermanos eslavos y en el precursor de nuevas oportunidades en asuntos internacionales.

Estos grandes logros, arraigados en la profunda fe de Juan Pablo II, deberían ser recordados en este momento en el que hay quienes están tentados de desesperar por la situación que se vive en el mundo y muchos dudan sobre el papel de la Iglesia hoy.

Respecto de este último, aquellos que están preocupados por otra caída de la Iglesia Católica en la incoherencia deberían tener fe en la experiencia eclesiástica de las últimas tres décadas, que nos ha dado claras lecciones sobre cómo el catolicismo no sobrevive meramente, sino que florece en medio de los ácidos culturales de la post-modernidad - sólo si se mantiene firme en una ortodoxia dinámica vivida con compasión y solidaridad. Juan Pablo II ha desatado una enorme energía evangélica en la Iglesia mundial - energía que encarna el llamado del Papa Francisco para que los católicos sean una "Iglesia en misión permanente". Aquellos que vivan este llamado ganarán el futuro.

Respecto del mundo, los cristianos decapitados, los sirios inocentes asesinados con armas químicas y la invasión rusa a Ucrania son recordatorios extremos de que si el "orden mundial" no se mantiene, se desintegrará. Aquellos que temían el aparente poder del mal en el mundo de hoy pueden cobrar aliento con lo que les dijo el Papa Juan Pablo II a los jóvenes en Cracovia en el mes de junio de 1979: "Tengan miedo solamente a la ligereza y a la pusilanimidad."

No tengan miedo: su frase distintiva, vivida hasta el final, lo convirtió en Juan Pablo, el Grande.

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Agradecimiento

weigel George Weigel, "St. John Paul II and the 'tyranny of the possible'." The Catholic Difference, (Canadá) 31 de marzo de 2015. 

Reimpreso con el permiso de George Weigel. La columna de George Weigel se distribuye en Denver Catholic Register, el periódico oficial de la Arquidiócesis de Denver. Teléfono: 303-715-3123.

Sobre El Autor

weigel1smWeigelecGeorge Weigel, Miembro Senior del Centro de Ética y Políticas Públicas, es un teólogo Católico Romano y uno de los comentaristas líderes en los Estados Unidos en temas de religión y la vida pública. Weigel es el autor o editor de Witness to Hope: The Biography of Pope John Paul IIRoman Pilgrimage: The Station Churches, Evangelical Catholicism, The End and the Beginning: John Paul II – The Victory of Freedom, the Last Years, the Legacy, Against the Grain: Christianity and Democracy, War and Peace, Faith, Reason, and the War Against Jihadism: A Call to Action, God's Choice: Pope Benedict XVI and the Future of the Catholic Church, The Cube and the Cathedral: Europe, America, and Politics Without God, Letters to a Young Catholic: The Art of Mentoring, The Courage to Be Catholic: Crisis, Reform, and the Future of the Church, y The Truth of Catholicism: Ten Controversies Explore.

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