Enseñanza de la Madurez y la Consideración en el Hogar

Madurez = responsabilidad + consideración, puesta en práctica. El deseo y habilidad de aprender a vivir con las consecuencias de las propias acciones y un respeto habitual por los derechos y sensibilidades de todas las personas.

Los padres deben pensar a largo plazo: el matrimonio de sus hijos en el futuro, su éxito en circunstancias profesionales y sociales futuras, el sentido ético profundo y la responsabilidad religiosa. Cualquier esfuerzo de los padres hoy para forjar las fortalezas tendrá un efecto sobre la vida futura de sus hijos.

El desarrollo moral implica pasar de la preocupación por uno mismo al servicio activo hacia los demás. El niño dice ¿qué puedes hacer por mí?; el adulto dice, "¿Qué puedo hacer por ti?"

Los padres tratan de enseñar — mediante el ejemplo, la práctica y la palabra — los estándares adultos del pensamiento y del comportamiento vertical. Por ello, usan el "nosotros" al momento de corregir a los niños.

La clave es la paciencia. Todos los niños se portarán mal; llegan al mundo siendo irresponsables, centrados en sí mismos e irrespetuosos. Por ello, necesitan de los padres: (1) una comprensión clara de qué es lo que se espera de ellos; y (2) un seguimiento persistente a lo largo de varios años. Tarde o temprano (a veces, mucho más tarde), los niños comprenderán por qué se les corregían sus faltas. Los padres deben tener fe en esto ¡y perseverar en la corrección! 


Responsabilidad

Muéstreles a los niños que la familia es un equipo, y que se necesita y espera su contribución.

El principio subyacente de la vida familiar (y de toda la vida adulta): La autoridad debe ser proporcional a la responsabilidad. Dado que los padres cargan casi toda la responsabilidad final, entonces están en control y toman las decisiones finales acerca de los asuntos importantes. Los hijos deberían dar "aportes," pero no deberían tener el "control." Los padres sabios escucharán las preferencias de los hijos, y accederán a aquellas de menor importancia; pero las sugerencias de los hijos en los asuntos más importantes deben dar paso a las decisiones de los padres. (Los niños florecen en un ambiente en el que se les escucha, pero en el que los adultos competentes mantienen el control con confianza.)

Algunas reglas para la responsabilidad en el hogar – lo que se espera de cada miembro de la familia:

+ Si perdemos o rompemos algo, lo reemplazamos o lo pagamos o nos las arreglamos sin él.

+ Si dejamos caer algo, lo recogemos.

+ Si chorreamos o ensuciamos algo, lo limpiamos.

+ Si comemos algo, limpiamos y guardamos lo que hemos usado. Si nos prestamos algo, lo devolvemos a donde pertenece.

+ Si ofendemos a alguien, nos disculpamos.

+ Si dejamos de hacer algún deber, lo haremos más tarde durante la hora de juego. (Si jugamos cuando es hora de trabajar, trabajaremos cuando es hora de jugar.)

+ Si estamos jugando con un juguete, y un hermano o hermana quiere unirse al juego, lo dejaremos unirse o guardaremos el juguete.

+ Si nos paramos de un asiento, perdemos el derecho a sentarnos en él. (Los padres están exonerados de esto, obviamente).

+ Si vamos a llegar tarde, llamamos.

+ [Para los adolescentes] Si tomamos prestado el auto, lo devolvemos al menos con un cuarto de tanque de gasolina. Incumplir esto implica no usar el auto la siguiente vez que lo queramos.

+ Nos mantenemos alejados de las pertenencias y de los asuntos personales de las otras personas. (No comentamos cuando a un hermano se le está corrigiendo o se le está castigando.)

+ Mantenemos los asuntos familiares dentro de la familia; mantenemos los asuntos de otros (chismes) fuera de la familia. No nos metemos en lo que no nos importa.

Consideración

+ La enseñanza paciente (es decir, cientos de correcciones) de los buenos modales es un refuerzo para la consideración habitual. Los cuatro pilares de la mente civilizada son: "por favor," "gracias," "lo siento," "doy mi palabra de honor."

+ El uso habitual de la cortesía conduce eventualmente al respeto habitual de los derechos y los sentimientos de los demás. Practicar los buenos modales conduce a: (1) el auto-respeto, (2) ganarse el respeto de los demás, (3) traer honor a los padres y a toda la familia (honor familiar).


Toda la Familia Necesita Practicar

+ Modales en la mesa: por favor y gracias; pedir que nos alcancen las cosas fuera de nuestro alcance; no hablar sobre comida (excepto para hacer un cumplido a quien cocinó); no decir chismes sobre nadie; oraciones de acción de gracias, etc.

+ Modales en el teléfono: identificarse al hablar por teléfono; "¿Por favor, ¿podría comunicarme con ____?" (y no: "¿Está _____?"); no gritar (o hablar a todo pulmón) para que alguien se acerque al teléfono; apuntar los mensajes de manera inteligente. [Recuerde: el teléfono ha reemplazado a la puerta principal como el acceso de entrada al hogar.]

+ Presentarse ante las personas, y hacerlo con gentileza. Estrechar las manos de la manera adulta (no dar la mano de manera tibia y sin energía).

+ Tratar a los adultos con respeto, a todos los adultos: dejar que los adultos pasen primero por la puerta; responder a "¿Cómo estás?" con "Bien, gracias... ¿y usted?"; dirigirnos a los adultos por su nombre, cuando sea el caso ("Sr. ___ ," "Sra. ____ ,"); decir por favor y gracias a las personas que nos atienden.

+ Llamar para agradecer o escribir notas de agradecimiento por los regalos y los favores recibidos. (Los niños tienen que aprender a escribir cartas, una costumbre que está muriendo y una cortesía para agradecer a los familiares por los regalos de cumpleaños o de Navidad.)


Lectura Recomendada

Dr. Ray Guarendi. Back to the Family (NY: Villard Press, 1991).

James Stenson. Preparing for Adolescence (NY: Scepter Press, 1990). (Folleto de consejo para padres, para prepararse a largo plazo para la posterior adolescencia de los hijos)