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¿Qué sucedió con los héroes?

  • EL PADRE DWIGHT LONGENECKER

El camino hacia la perfección es como escalar el Everest.


anthony Hay algo que Roma está irradiando en mi dirección -se trata más de un sentimiento vago o visceral que para nada está basado en hechos- y es la sensación de que dentro de la Iglesia de hoy en día hay un espíritu de apaciguamiento con el mundo.

No hice un seguimiento del sínodo porque por lo que pude ver, todo lo que cuenta la prensa son puros chismes, y como todos los chismes, están influenciados, ignoran la verdad y están diseñados para provocar conflictos, avivar la llama del descontento, distribuir culpas sin confirmar los hechos y son en general desagradables y destructivos.

Me remitiré a esperar hasta que publiquen las conclusiones y decisiones finales.

Sin embargo, hay algo que Roma está irradiando en mi dirección -se trata más de un sentimiento vago o visceral que para nada está basado en hechos- y es la sensación de que dentro de la Iglesia de hoy en día hay un espíritu de apaciguamiento con el mundo -una suerte de blandura mortal que mata la vida espiritual.

No siempre se trata de una decadencia o herejía rotunda, pero de la mejor manera en que puedo describirla es como una cierta falta de "mordacidad". Tiene una actitud insulsa. El Jesús que volcó las mesas desapareció. El Jesús sarcástico y justificadamente sentencioso ha sido suavizado con una suerte de blandura dulce y sentimental. Han aguado el vino y domado al león.

Todo es "yo tampoco te condeno" sin el "vete, no peques más en adelante".

El periodista Michael Voris lo llamaría la "iglesia de los buenos", pero el problema con esto es que su opuesto sería la "iglesia de los malos" y no queremos eso.

En vez de esta línea divisoria, diría que la "iglesia de los buenos" estaría realmente mejor definida como la "iglesia de los perezosos".

La flojera o pereza es un pecado porque es el fruto de la complacencia. El perezoso no piensa que vale la pena hacer una cosa. Piensa que todo está bien tal como está. El cristiano perezoso no hace ningún esfuerzo y su único enemigo es la persona que le dice que se levante y haga algo.

Pienso en la vieja canción de Keith Green cuya traducción dice "Jesús resucitó de entre los muertos y ¡tú ni siquiera puedes levantarte de la cama!".

El espíritu que irradia el sínodo es el espíritu de la pereza y de lo fácil. Quienes promueven este falso evangelio quieren que las puertas estén abiertas de par en par para incluir a todo el mundo, pero se olvidan de que el camino es estrecho y que son pocos los que lo encuentran. Se olvidan de que el camino que lleva a la destrucción es amplio y de que el camino cuesta abajo no es una caída precipitosa al abismo, sino que una extensa y aún más suave pendiente en bajada.

En el siglo cuarto, la Iglesia se ha topado con este mismo problema. La Iglesia ya era oficial. Como el emperador era cristiano, quienes conformaban la alta sociedad de la época (tanto hombres como mujeres) pensaron que también querían ser cristianos. Los arrianos fueron cristianos de las altas esferas que suavizaron la fe.

Sin embargo, esta "iglesia de los perezosos" produjo algunos nuevos héroes. En contradicción con los tiempos de la pereza, San Antonio salió al desierto de Egipto para vivir en una cueva y llevar una vida de oración, ascetismo, trabajo y adoración. Decidió contrarrestar la iglesia de los perezosos, pero con inspiración en vez de imprecaciones. Denunció la decadencia de sus días convirtiéndose en un ermitaño. No condenó a todos los demás. Se condenaba a sí mismo y luego hacía algo al respecto.

Entonces, siento que nuestra era, mucho más que antes, necesita de héroes que no sean católicos que se la pasan el día sentados frente al televisor.

¿Es que nadie ha notado que la manera de vaciar las iglesias es atenuando la fe y abriéndole las puertas a todos sin pedirles que se arrepientan y hagan un cambio en sus vidas? ¿Es que nadie ha notado que la gente quiere que la vida espiritual sea una vocación, más que una vacación? ¿Acaso todos han olvidado que las personas esperan que la vida cristiana sea un desafío? Jesús no nos dijo, "Carguen sus sillones. Nos dijo que carguemos nuestras cruces. No dijo que sería fácil y la mejor manera de vaciar las iglesias es pretender lo contrario.

El camino hacia la perfección es como escalar el Everest. Aún si tuviéramos la oportunidad de subir a la cima en helicóptero, no querríamos aprovecharla. ¿Dónde estaría la aventura entonces?

Sin embargo, frente a la iglesia de los perezosos, no es necesario que condenemos los abusos y fracasos de otros. Sólo es necesario que respondamos al llamado que Dios nos hace a cada uno de nosotros a nuestro modo, según nuestra propia vocación, de convertirnos en otro héroe.

Y luego, como siempre, recuerdo las enseñanzas de la Iglesia, ya que nuestra Santa Madre nos dice que el primer signo de santidad que se busca en un posible santo es el signo de la "virtud heroica".

La "virtud heroica" es aquello para lo que estamos llamados cada uno de los bautizados y con sólo una persona que siga este camino se echa por la borda a un montón de católicos adictos al televisor. Sólo una persona que manifieste una virtud heroica será una luz radiante que hará desaparecer toda la oscuridad y debilidad de la iglesia de los perezosos.

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Agradecimiento

longenecker Padre Dwight Longenecker. "Whatever happened to heroes?" (¿Qué sucedió con los héroes?) Patheos (Standing on My Head) (5 de noviembre de 2015).

Reimpreso con el permiso del Padre Dwight Longenecker. Standing on my head es el blog del Padre Longenecker en Patheos.

Sobre El Autor

Longenecker1LongeneckerEl padre Dwight Longenecker es párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario en Greenville, Carolina del Sur. Es autor de varios libros sobre apologética, relatos de conversión y espiritualidad benedictina, entre los que se incluyen los siguientes:  The Romance of Religion — Fighting for Goodness, Truth and BeautyCatholicism Pure and SimpleSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayAdventures in OrthodoxyPraying the Rosary for Inner Healing, Listen My Son: St. Benedict for FathersChallenging Catholics: A Catholic Evangelical DialogueSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayMary: A Catholic-Evangelical Debate y The Path to Rome. Visite su sitio haciendo click aquí y su blog aquí, allí podrán escuchar los podcasts de sus conferencias y homilías.

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