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Mozart: Una prueba de Dios

  • EL PADRE GEORGE W. RUTLER

Los rabinos que hablan con el Niño Jesús de 12 años sobre la Torá debieron haber pensado que él era un niño prodigio


Mozart Ha habido, y como orgulloso pastor me deleito en las extraordinarias habilidades de tantos niños en nuestra parroquia, muchos adeptos al piano, al violín y así por el estilo. "Prodigio" significa la señal de un don. Venciendo un prejuicio, propongo que adicionalmente a las cinco maneras de Santo Tomás de Aquino para probar la existencia de Dios a partir de la evidencia natural, el prodigioso Mozart sea la sexta. No se puede componer una sinfonía a la edad de ocho años y adscribirla así como así a la química o la biología.

Una cosa agradable sobre Mozart es que era amable. Le caía bien a la gente y a él le caía bien la gente, y no se preocupaba por el estilo de los genios del periodo romántico de dos generaciones anteriores. Él pensaba de sí mismo como un artesano que disfrutaba con producir. Tan simple como eso. Pero es que él nunca produjo nada de segundo orden, que es la razón por la que lo propongo como prueba de que Dios existe y que hace grandes cosas en sus criaturas. Mozart dijo que la música no está en las notas sino en el silencio entre las notas. Eso puede sonar como un tiro al aire pero algo en lo que en realidad creía, y su música lo prueba. Así es con nuestra vida cotidiana: Dios debe ser escuchado en los espacios silenciosos entre lo que decimos y hacemos.

Jesús no puede ser dejado en la categoría de niño prodigio ya que Él es la fuente de todo prodigio. A la edad de doce años en el Templo, él lo llamó "la casa de mi Padre". En Él había algo más que un genio. Es cierto que los grandes artistas, como el mismo Jesús, dan la impresión de que hacen lo que hacen sin esfuerzo. La frase latina ars est celare artem significa que la esencia del arte es dar la impresión de que es fácil. Los grandes cantantes de ópera le hacen creer a uno que sus sonidos salen sin esfuerzo. Compárelos con los cantantes de rock que hacen que el aire duela cuando gritan por los parlantes, como si ellos (y no quienes los escuchan) estuvieras sufriendo algún tipo de tortura. Es su intento de hacerle pensar que eso que no es arte en realidad lo es.

En el siglo VI, Baldassare Castiglione acuñó el término sprezzatura para la excesiva preocupación o la indiferencia deliberada. Hubo ocasiones en las que los discípulos vieron la angustia de su pureza fortalecida en un mundo roto, como cuando levantó a Lázaro de entre los muertos. Los prodigios reciben su talento de Dios. Cristo es Dios mismo. Mozart entendió eso y dijo "es un gran consuelo para mí recordar que el Señor, a quien le había acercado en la fe humilde y como un niño, ha sufrido y ha muerto por mí, y que se verá en mí en el amor y la compasión".

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Agradecimiento

Rutler5smEl Padre George William Rutler. "Mozart: Una prueba de Dios."  From the Pastor (17 marzo 201).

Reimpreso con el permiso del El Padre George W. Rutler. 

Sobre El Autor

rutler46smrutler5El padre George W. Rutler es pastor en la iglesia de Saint Michael en la ciudad de Nueva York.  Escribió muchos libros, entre los que se incluyen los siguientes:  Cloud of Witnesses — Dead People I Knew When They Were Alive, Coincidentally:  Unserious Reflections on Trivial Connections, A Crisis of Saints:  Essays on People and Principles, Brightest and Best, Saint John Vianney:  The Cure D'Ars Today, Crisis in Culture, and Adam Danced:  The Cross and the Seven Deadly Sins.

Copyright © 2013 El Padre George W. Rutler
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