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El alarmante y nuevo antisemitismo en Europa

  • EL RABINO JONATHAN SACKS

Este año, los judíos de Europa celebran Yom Kippur, el día más santo del año judío, con un grado de aprehensión que nunca antes había visto.


antisemitism1 El antisemitismo ha regresado a Europa desde los tiempos del Holocausto.  Nunca más pasó a ser otra vez más.

En Francia, una turba ruidosa que protestaba contra la política israelí rodeó una sinagoga.  En Bruselas, cuatro personas fueron asesinadas en un museo judío y una sinagoga fue bombardeada.  En Londres, un supermercado importante sostuvo que se sintió forzado a quitar la comida kosher de sus góndolas por miedo a que incitara una revuelta.  Un cine de Londres se negó a montar un festival de cine judío porque el evento había recibido un pequeño subsidio de la embajada de Israel.

Más de una vez durante el verano, escuché a judíos británicos bien posicionados diciendo "Por primera vez en mi vida, sentí miedo".  Veinte años atrás, cuando lanzamos un programa para fortalecer la continuidad de la sangre judía a lo largo de las generaciones, publiqué un libro titulado "¿Tendremos nietos judíos?". Hoy en día, los judíos comienzan a preguntarse, "¿Tendremos nietos ingleses?".

Y los judíos se están yendo.  En 2013, la Agencia Europea de Derechos Fundamentales organizó una encuesta que reflejó que cerca de un tercio de los judíos de Europa pensaba emigrar debido al antisemitismo, con cifras que alcanzaron un 46% en Francia y un 48% en Hungría.  Discretamente, los judíos se están preguntando si tienen un futuro en Europa.

No sería correcto exagerar.  La Europa de hoy no es la Alemania de la década del 30.  Los gobiernos europeos no fomentan el odio a los judíos como así tampoco aprueban que exista un odio semejante.  Muchos líderes políticos, en particular Angela Merkel en Alemania y David Cameron en Gran Bretaña, han sido directos en sus denuncias.

Esos prejuicios tampoco se diseminan a lo largo de la población británica.  Gran Bretaña ha registrado niveles más bajos de sentimiento antisemita que los Estados Unidos, sin embargo lo que está sucediendo es sumamente significativo.  En la historia, tal como lo sostiene el parlamentario británico del Partido Tory, Michael Gove, el antisemitismo siempre ha sido el presagio de una sociedad en peligro.  Por ese motivo, es necesario que todos -y no sólo los judíos- entendamos al nuevo antisemitismo.

El antisemitismo siempre estuvo indirectamente dirigido a los judíos solamente.  Fueron sus víctimas, pero no su causa.  Las políticas del odio que comienzan con los judíos nunca terminan con los judíos.  No fueron sólo los judíos los que sufrieron en manos de Hitler y Stalin.  No son sólo los judíos los que hoy en día sufren con sus sucesores, los islamitas radicales de Hamas, Hezbollah, al Qaeda, Boko Haram, el Estado Islámico y sus compañeros de ruta en una lista de nuevas mutaciones aparentemente infinita.

Los blancos del terror en Europa no suelen ser las oficinas del gobierno de Israel, sino que las sinagogas, las escuelas y los museos judíos - lugares que no están destinados a la formulación de políticas israelíes, sino que a la vida ordinaria de los judíos.

El asalto a Israel y a los judíos en todo el mundo es parte de un patrón más amplio que incluye ataques a los cristianos y otras creencias minoritarias en Medio Oriente, África Subsahariana y partes de Asia -un equivalente religioso de la limpieza étnica.  En última instancia, esta campaña equivale a un ataque contra las libertades democráticas occidentales en su conjunto.  Si no se detiene ahora, será Europa misma la que retrocederá a la Alta Edad Media.

Hoy en día, estamos viendo en Europa algo del antisemitismo antiguo de la extrema derecha y de la izquierda radical, que nunca se fue y que se mantuvo meramente inactivo durante los años en que los ataques a los judíos se consideraban inaceptables en la buena sociedad.  Ese tabú ahora se ha roto de verdad.

Sin embargo, lo que empuja a estos atentados contra los judíos es nuevo.  Hoy en día, el antisemitismo es diferente al de antes de tres maneras.  En primer lugar, su pretexto.  En la Edad Media, el odio a los judíos se debía a su religión.  En los siglos XIX y XX, se los odió por su raza.  En la actualidad, se los odia por el estado nacional del pueblo judío.  Israel, que ahora tiene 66 años, sigue siendo el único país entre los 193 que forman parte de las Naciones Unidas cuyo derecho a existir se modifica rutinariamente y en varios ámbitos se niega.

Esto no quiere decir que todas las críticas a Israel son antisemitismo.  Es evidente que no es así.  Israel es una de las naciones con más autocrítica del mundo y la crítica de sus políticas es parte legítima del debate democrático.  Sin embargo, los partidarios de Hamas no están interesados en esta o aquella política o en estas o aquellas fronteras.  Se están dedicando, como cuestión de principio, tal como lo indican sus estatutos, a la destrucción y eliminación completa del estado judío.

Hay 102 naciones en el mundo donde predominan los cristianos y hay 56 estados islámicos,  pero consideran que un único estado judío ya es demasiado.  Los blancos del terror en Europa no suelen ser las oficinas del gobierno de Israel, sino que las sinagogas, las escuelas y los museos judíos - lugares que no están destinados a la formulación de políticas israelíes, sino que a la vida ordinaria de los judíos.

En segundo lugar, el epicentro del antisemitismo ha cambiado.  Durante mucho tiempo se atacó a los judíos por ser el "otro" arquetípico.  Durante mil años, fueron la presencia no cristiana más notoria en Europa.  Hoy en día, son la presencia no islámica más notoria en Medio Oriente.

No obstante, el antisemitismo que se está extendiendo en Medio Oriente no es endémico del Islam.  En el siglo XIX, los cristianos coptos y maronitas introdujeron el libelo de sangre -la calumnia de que los judíos utilizaban sangre de los gentiles en rituales religiosos- en Egipto y Siria.  La Alemania nazi, a través de su aliado, el Gran Mufti de Jerusalem, sumaron a ello el trato claramente conspiratorio de los "protocolos de los sabios de Sion".

El antisemitismo siempre ha sido, históricamente, la incapacidad de hacer lugar a diferencias entre personas, que son los cimientos esenciales de una sociedad libre.

Estos dos mitos ingresaron al Islam desde el exterior.  Ahora, los radicales islamistas los volvieron a introducir en Europa.  Cuando escuchen que los "judíos controlan a los medios" o "Israel intenta captar a niños palestinos", están escuchando hablar una vez más de los "protocolos" y el libelo de sangre.

En tercer lugar, la legitimación del antisemitismo ha cambiado.  Cuando el odio comienza a formar parte del dominio público, se vuelve particularmente difícil justificarlo. Ello explica el motivo por el cual los antisemitas siempre han buscado su reivindicación en las fuentes más elevadas de autoridad de la cultura.  En la Edad Media, era la religión.  En la Europa del siglo XIX, era la ciencia.  El antisemitismo de Alemania se basaba en el llamado "estudio científico de la raza" y el Darwinismo social, la doctrina que establece que en la historia de la humanidad, tal como en la naturaleza, los fuertes sobreviven eliminando a los débiles.

En la era desde la Segunda Guerra Mundial, la gran autoridad ha sido el ideal de la Ilustración de los derechos humanos.  A ello se debe que haya aparecido la nueva ola de antisemitismo en la Conferencia contra el Racismo de la ONU en Durban, Sudáfrica, en el verano de 2001.  Allí, a Israel se la acusó de cometer los cinco pecados cardinales contra los derechos humanos: racismo, apartheid, crímenes contra la humanidad, limpieza étnica e intento de genocidio.

Los derechos humanos son importantes y lo son independientemente de la víctima o de quien los viole.  La desproporción supina de las acusaciones contra Israel es la que hace que los judíos sientan que la cuestión humanitaria no es el principal motivo en estos casos: más de la mitad de las resoluciones adoptadas en el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU desde 2006 (cuando se creó el Consejo) para criticar a un determinado país se han dirigido a Israel.  En 2013, la Asamblea General de la ONU adoptó un total de 21 resoluciones criticando a Israel por censura, según United Nations Watch, y sólo cuatro resoluciones fueron para protestar por las acciones del resto de los estados del mundo.

El antisemitismo siempre ha sido, históricamente, la incapacidad de hacer lugar a diferencias entre personas, que son los cimientos esenciales de una sociedad libre.  A ello se debe que las políticas del odio ahora atenten contra cristianos, bahaís, yazidis y muchos otros, incluyendo los musulmanes que se ubican del lado incorrecto de la división entre sunitas y chiítas, y los judíos.  Para combatirlas, debemos unirnos las personas de todas las creencias y las de ninguna.  El futuro de la libertad está en riesgo y será la batalla definitoria del siglo XXI.

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Agradecimiento

sacks El Rabino Lord Jonathan Sacks. El alarmante y nuevo antisemitismo en Europa. Wall Street Journal (2 de octubre de 2014).

Este artículo es publicado con permiso del autor, Jonathan Sacks.

Sobre El Autor

sacks1sacks3sacks4El rabino Lord Jonathan Sacks es un líder religioso mundial, filósofo, autor de más de 25 libros y una voz moral de nuestro tiempo. Hasta el 1 de septiembre de 2013 sirvió como Rabino jefe de la Congregación Judía Unida de la Commonwealth, habiendo estado en el cargo durante 22 años. Fue educado en Gonville y Caius College, Cambridge, donde obtuvo honores en filosofía. Jonathan Sacks hizo estudios de posgrado en el New College, Oxford, y en el King's College London, obteniendo su doctorado en 1981 y la ordenación rabínica del Jews' College y Yeshiva Etz Chaim.

Nació en 1948 en Londres y ha estado casado con Elaine desde 1970. Tienen tres hijos: Joshua, Dina y Gila y cuatro nietos.

Muchos de sus libros han sido traducidos al francés, italiano, holandés, alemán, portugués, coreano y hebreo. Los títulos impresos en inglés, incluyen: Los grandes compañeros: Buena ciencia y la búsqueda del sentido (The Great Partnership: God Science and the Search for Meaning), La persistencia de la fe, dignidad y diferencia: Cómo evitar el choque de civilizaciones (The Persistence of Faith, Dignity of Difference: How to Avoid the Clash of Civilizations), Alianza y conversación: Éxodo, alianza y conversación (Covenant & Conversation: Genesis: The Book of Beginnings), Future Tense: Jews, Judaism, and Israel in the Twenty-first Century y Del optimismo a la esperanza (From Optimism to Hope).

Copyright © 2014 El Rabino Jonathan Sacks
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