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Piedra, mayordomo y pastor

  • EL PADRE DWIGHT LONGENECKER

Cómo explicar la primacía de Pedro.


peter78 Uno de mis relatos favoritos del Evangelio es aquél en el que Jesús habla sobre dos hombres que construyeron sus casas.  El hombre sensato construyó su casa en la roca, pero el hombre insensato la construyó en la arena.  Cuando cayeron las tormentas, la casa sobre la arena se derrumbó, pero la casa edificada sobre la roca se mantuvo firme. 

La imagen de una piedra fundacional sólida era muy conocida en los tiempos de Jesús.  Jesús la implementó cuando le dio a Simón el nombre de "Pedro", que significa "piedra".  Cuando Jesús le dijo a Pedro que él era la piedra sobre la cual construiría la Iglesia, los otros apóstoles habrían comprendido que se estaba haciendo una comparación entre Pedro y Abraham.  En Isaías 51, 1-2, el profeta dice: "Fíjense en la roca de la que fueron tallados, en la cantera de la que fueron extraídos;  fíjense en su padre Abraham..." Los maestros judíos dijeron sobre este pasaje, "Cuando Dios consideró a Abraham... dijo 'Mira, he encontrado una roca sobre la cual puedo edificar y cimentar el mundo'."  Jesús, como todo rabino y maestro fiel, conocía este pasaje de Isaías.  Al llamarlo Pedro o "Piedra" quiere decir que Pedro es el nuevo Abraham, aquél que será la roca fundacional de la Iglesia y el padre espiritual de su pueblo.

Todos los relatos del Evangelio están llenos de significados y detalles interesantes, pero este pasaje del evangelio de San Mateo es especialmente revelador.  Por ejemplo, nos dicen que esta conversación tuvo lugar cerca de Cesarea de Filipo.  En ese lugar había una gran formación rocosa natural sobre la cual los romanos habían construido un templo a Pan, el dios pagano de los pastores.  Entonces, cuando Jesús dijo, "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt. 16, 18), estaba dirigiendo la mirada a este gran cimiento rocoso sobre el cual se erigía un templo al dios de los pastores.  El significado de Jesús fue claro - Pedro, cuyo nombre significa "piedra", debía ser un gran cimiento para la Iglesia de Cristo - la Iglesia del verdadero Buen Pastor. 

El evangelio de San Mateo revela otras verdades sobre la relación especial de Pedro con Jesús.  Nos recuerda que fue Jesús quien le dio a Simón el nombre de "Pedro" en primer lugar.  En la Biblia, cuando Dios da un nuevo nombre a alguien quiere decir que se le da un nuevo llamado y una nueva identidad.  Entonces, cuando Dios llamó a Abram a ser el padre de su pueblo, cambió su nombre de Abram a Abraham.  El nuevo nombre no sólo indica que tiene un nuevo rol, sino que es signo de una vocación divinamente designada.

El primer ministro Pedro

En Inglaterra, la reina es la cabeza del estado, pero no participa en las actividades diarias de gobierno,  sino que hay un primer ministro que asume la facultad de la reina y gobierna la nación en nombre del pueblo.  La situación política en la Inglaterra actual ofrece una buena imagen del orden que Jesús establece para su Iglesia.

Como Dios otorgó a Eliaquím la autoridad de un rey -simbolizada por las llaves- entonces Pedro fue especialmente designado y elegido por el mismo Cristo para ser el primer ministro en el reino de Cristo y para ejercer la autoridad del mismo Cristo en la tierra.

En el mismo pasaje del evangelio de San Mateo en el que Jesús llama a Pedro como "la piedra", Jesús también equipara a la Iglesia con el reino de los cielos.  En otras palabras, la Iglesia es como un reino y Jesús es el rey.  Pero el rey delega poderes a los ministros que se encuentran por debajo de él.  En Inglaterra, el primer ministro administra el país en nombre de la monarquía.  Sucedió lo mismo en el Antiguo Testamento.  El rey israelí tenía un primer ministro y a través del libro de Isaías podemos tener una fascinante visión de la corte real de Israel.  El profeta Isaías reconoce al primer ministro del rey y le dice al primer ministro anterior: "Y aquel día, llamaré a mi servidor Eliaquím, hijo de Jilquías [es el primer ministro]; lo vestiré con tu túnica, lo ceñiré con tu faja, pondré tus poderes en su mano...  Pondré sobre sus hombros la llave de la casa de David: lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá” (Is. 22, 20-22).

Este pasaje vierte luz sobre las palabras de Jesús a Pedro: "Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.  Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo" (Mt. 16, 19).  Los apóstoles entendieron en un momento lo que a nosotros nos cuesta comprender -que Jesús -al entregar a Pedro las llaves del reino- está nombrándolo como el primer ministro de su reino.  Como Dios otorgó a Eliaquím la autoridad de un rey -simbolizada por las llaves- entonces Pedro fue especialmente designado y elegido por el mismo Cristo para ser el primer ministro en el reino de Cristo y para ejercer la autoridad del mismo Cristo en la tierra.

Es interesante ver que pensadores no católicos también entienden el trasfondo de este importante versículo.  F.F. Bruce, en The Hard Sayings of Jesus, escribe: "¿Qué sucede con las llaves del reino?  Las llaves de un establecimiento real o noble se encomendaban al mayordomo mayor... eran un distintivo de la autoridad que le confiaban".  Luego, Bruce se refiere al pasaje de Isaías 22 y dice: "Entonces, en la nueva comunidad que Jesús estaba a punto de construir, Pedro sería, por así decirlo, el mayordomo mayor".  El pensador luterano Joachim Jeremias también confirma el vínculo entre Isaías 22 y Mateo 16 cuando escribe lo siguiente en el Theological Dictionary of the New Testament: "Las llaves del reino no se diferencian de las llaves de David... entregar las llaves no sólo implica designar a un encargado... entregar las llaves implica designar a una autoridad absoluta".

El pastor del Buen Pastor

En el Evangelio de San Mateo tenemos dos imágenes fuertes sobre el papel de Pedro en palabras del mismo Jesús: piedra o roca y pastor real.  Hay otro pasaje importante de las Escrituras que comprueba la relación especial de Pedro con Jesús y el hecho de que Jesús estaba delegando su autoridad divina a Pedro.  Sabemos que Jesús se autodenominó el Buen Pastor en Juan 10, 14.  A lo largo del Evangelio, nos habla sobre ovejas, cabras y pastores; y hace una analogía entre el pueblo de Dios y el rebaño de Dios.  Eso no era nada nuevo.  Los profetas del Antiguo Testamento también habían visto a Dios como el pastor y a su pueblo como el rebaño.  En la imagen de Jesús como el Buen Pastor, está cumpliendo la profecía de Ezequiel 34, 23 en la que el mismo Dios promete que se convertirá en el Buen Pastor que juzgará a su pueblo con justicia.  Jesús cumple esta profecía cuando se declara a sí mismo como el Buen Pastor.

Entonces, en tres poderosas imágenes, Jesús entrega su propia autoridad de una manera única a Pedro.

¿Quién sería el pastor luego de que Jesús regresara a los cielos?  Jesús dijo que habría "un solo rebaño y un solo pastor" (Jn. 10, 16).  Luego de su resurrección, en una conversación emocionante y afectuosa con Pedro, Jesús le delega su tarea de pastor del rebaño.  En Juan 21, 15-17, Jesús le ordena a Pedro, solemnemente y en tres oportunidades, que apaciente sus ovejas y que cuide a sus corderos.

Entonces, en tres poderosas imágenes, Jesús entrega su propia autoridad de una manera única a Pedro.  Pedro es -como Abraham- el padre espiritual y la piedra fundacional del pueblo de Dios.  Pedro debe ser el primer ministro del Reino y tendrá autoridad absoluta en ausencia de Jesús.  Esta delegación solemne a Pedro se consuma cuando Jesús le ordena que asuma el cargo de pastor principal del rebaño.

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Agradecimiento

longenecker El padre Dwight Longenecker. "Rock, Steward and Shepherd." Our Sunday Visitor Newsweekly (The Catholic Answer) (1 de mayo de 2015).

Reimpreso con el permiso del Padre Dwight Longenecker. Ver el artículo original aquí.

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Sobre El Autor

Longenecker1LongeneckerEl padre Dwight Longenecker es párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario en Greenville, Carolina del Sur. Es autor de varios libros sobre apologética, relatos de conversión y espiritualidad benedictina, entre los que se incluyen los siguientes:  The Romance of Religion — Fighting for Goodness, Truth and BeautyCatholicism Pure and SimpleSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayAdventures in OrthodoxyPraying the Rosary for Inner Healing, Listen My Son: St. Benedict for FathersChallenging Catholics: A Catholic Evangelical DialogueSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayMary: A Catholic-Evangelical Debate y The Path to Rome. Visite su sitio haciendo click aquí y su blog aquí, allí podrán escuchar los podcasts de sus conferencias y homilías.

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