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La verdadera presencia de la Eucaristía - Parte 2

  • GRAHAM OSBORNE

P: La verdadera presencia: ¿Por qué los católicos creen que Jesús se encuentra "verdaderamente presente" en la Eucaristía?


Eucharist Al final de mi último artículo incorporé una cita que el mismo Martín Lutero escribió sobre la verdadera presencia en la que creía la Iglesia primitiva. Aquí les presento unos pocos ejemplos más de los escritores más famosos de la Iglesia primitiva.

Aproximadamente en el año 195 d.C., San Irineo, estudiante de San Policarpo (también discípulo de San Juan) y probablemente el más grande teólogo de los primeros siglos de la Iglesia, escribió una gran obra llamada "Contra los herejes". Hay muchas citas que podríamos incluir aquí, pero aquí tenemos un párrafo bastante fuerte: "(Jesús) ha declarado que el cáliz, parte de la creación, es su propia sangre, desde la cual hace que fluya nuestra sangre; y el pan, parte de la creación, ha establecido como su propio cuerpo, desde la cual hace crecer nuestros cuerpos".

En el mismo sentido, en el año 350 d.C., San Cirilo, obispo de Jerusalén y un gran teólogo y defensor de la fe, capturó la esencia de la verdadera presencia probablemente tan bien como lo hicieron los Padres cuando escribió: "A este alimento lo llamamos Eucaristía ... no lo recibimos como pan o bebida comunes ... el alimento que se ha preparado en la Eucaristía a través de la oración eucarística que él pronunció … es la Carne y la Sangre del mismo Jesús encarnado".

Esto, en verdad, debería responder a nuestra pregunta. La creencia en la verdadera presencia fue una enseñanza constante e universal de la Iglesia que viene directo de los tiempos de los Apóstoles. Sin embargo, a pesar de este testimonio apabullante, aún existen quienes dudan.

Por ejemplo, algunos mencionan la prohibición de beber sangre que se encuentra en Levítico 17, 10-14 y 19, 26. Lo que no se dan cuenta es que estas prohibiciones forman parte del ceremonial de la antigua alianza judía. Jesús cumplirá con esta antigua alianza e instituirá una nueva alianza en la Última Cena: "Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre" (Lc 22, 20), "Beban todos de ella, porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza" (Mt 26, 26-30). Con esta Nueva Alianza también aparece una nueva ley y las antiguas leyes ceremoniales del Levítico ya no se aplican más. Si Jesús nos ordena beber su sangre, debemos limitarnos a hacer eso.

Hemos leído claramente sobre este "cambio de ley" en Heb 7, 11-25. "Porque el cambio de sacerdocio [del Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento a Jesús] implica necesariamente un cambio de Ley...  queda derogada la disposición anterior... se introduce una esperanza mejor, que nos permite acercarnos a Dios". Otros ejemplos de este "cambio" de la ley de la Antigua Alianza por la ley de la Nueva Alianza de Jesús incluyen la anulación del permiso para divorciarse que otorgó Moisés. Ello surge de Mt 19, 6-9, que reinstaura el plan original que Dios tiene para el matrimonio: "Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". También cuando Jesús dice "Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo ... Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal" (Mt. 5, 38-39).

Además, Jesús mismo enseñaría en última instancia que todo alimento (inclusive y especialmente su Cuerpo y su Sangre) ahora se considera "puro" y ya no puede corromper a una persona: "¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón ... (Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos)" (Mc 7, 15-21).  ¡No hay dudas de que Jesús ha contestado esta pregunta!

Podemos encontrar otra objeción en Juan 6, 63. "El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida". Algunos sugieren que esto es en definitiva prueba de que Jesús está hablando "espiritual" o simbólicamente desde el primer momento y que "la carne de nada sirve" - en otras palabras, que no es realmente necesario que comamos su carne después de todo.  ¡Nada puede estar más alejado de la verdad!

Para empezar, una realidad espiritual ¡no puede ser más cierta!  Esto incluiría al mismo Dios, que ES espíritu, al cielo, a los ángeles y a un ejército de otras realidades espirituales.  Decir que algo es una realidad espiritual no indica en lo más mínimo que es una mera representación simbólica - por el contrario, ¡nada puede ser MÁS real!

Y cuando Jesús confirma que "la carne de nada sirve", definitivamente no está hablando de SU carne.  Está hablando de 'LA carne', al estilo de San Pablo.  Está hablando de una interpretación "carnal" o terrenal de las realidades espirituales que acaba de revelar.  Una interpretación "carnal" o terrenal no puede de ningún modo comprender estas verdades.

San Pablo lo aclara perfectamente en 1 Cor 2, 12-15 cuando escribe: "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que reconozcamos los dones gratuitos que Dios nos ha dado... expresando en términos espirituales las realidades del Espíritu.  El hombre puramente natural (es decir, carnal) no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu".

San Pablo nos está diciendo que las realidades espirituales, como la verdadera presencia, no pueden ser entendidas por el hombre carnal, y de hecho podrían parecerle una tontería.  Este podría ser el motivo por el cual muchos se apartarían de Jesús en Juan 6.

San Pablo nos está diciendo que las realidades espirituales, como la verdadera presencia, no pueden ser entendidas por el hombre carnal, y de hecho podrían parecerle una tontería.  Este podría ser el motivo por el cual muchos se apartarían de Jesús en Juan 6.

También consideraremos otra objeción, en este caso, a la palabra "transubstanciación", una palabra que utiliza la Iglesia para describir la transformación completa de las sustancias de pan y vino en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad del mismo Jesús, que tiene lugar en el momento de la Consagración.  Sólo quedan su aspecto y propiedades físicas [teológicamente referidas como "accidentes"].  La objeción se basa en que esta palabra no aparece en la Biblia y que comenzó a emplearse recién en el año 1100 -y no ha sido formalmente definida hasta el Concilio de Trento en el año 1500.  Es así que la gente asume que los católicos "inventaron" esta doctrina en el año 1100.  Otra vez, nada puede estar más alejado de la verdad.

La palabra, "Trinidad" no se encuentra en la Biblia, pero ha sido adoptada en los siglos IV y V de la Iglesia porque describe muy bien la realidad espiritual de Dios.  De igual modo, transubstanciación se adoptó simplemente porque describía muy bien la realidad física y espiritual del cambio eucarístico.  Sin embargo, como imagino que todos pueden ver de lo indicado más arriba, especialmente en lo que respecta a la Iglesia primitiva, la creencia en esta verdad, sin importar si la llamamos transubstanciación o como sea, existió en la Iglesia desde los tiempos de los Apóstoles, y podemos dar prueba contundente de ello en las Sagradas Escrituras.

Por último, algunos sostienen que el sacrificio de Jesús en la cruz se hizo "una sola vez" (cf. Heb 9 y 10) y que la misa católica de algún modo vuelve a sacrificar a Jesús, violando lo expresado en las Escrituras.  Quienes tienen esta interpretación no entienden verdaderamente la misa.

Podemos decir muchas cosas sobre este punto, pero en Ap 5, 6, San Juan es testigo de una gloriosa visión de Jesús en el Cielo.  ¿Qué ve?  ¿El león de la tribu de Judá?  ¿El Hijo del hombre en la gloria?  No, "Entonces vi un Cordero que parecía haber sido inmolado: estaba de pie entre el trono ...". Puede ver a Jesús, el Cordero de Dios, como a un cordero inmolado.  ¿Por qué?  Porque Jesús está ofreciendo constantemente al Padre que está en el cielo, y en nuestro nombre, el sacrificio que hizo en el Calvario, como el único sacrificio valioso y aceptable que puede lograr el perdón de nuestros pecados.  Por el poder del Espíritu Santo y las palabras de consagración que Jesús utilizó en la Última Cena, este mismo sacrificio se hace presente fuera de tiempo y espacio (así como existe en el cielo) en el altar de todas las Iglesias católicas en el momento de la consagración y luego se ofrece al Padre en nuestro nombre.  Este es el corazón de la misa: la ofrenda del sacrificio de una vez para siempre del Hijo, que se hace presente por el poder de Dios, al Padre.  ¡Impresionante!

Si tan sólo pudiéramos comprender plenamente la profundidad de esta gran realidad celestial cada vez que se pronuncien las palabras eternamente poderosas: "Este es mi Cuerpo"...

La verdadera presencia de la Eucaristía - Parte 1

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Agradecimiento

osborne Graham Osborne.  "Real Presence of the Eucharist – Part 2." The B.C. Catholic (2011).

Reimpreso con el permiso de Graham Osborne.

Sobre El Autor

Graham Osborne es fotógrafo profesional de la naturaleza y biólogo. Ha dedicado los últimos veinte años estudiando las Sagradas Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia y da clases de Sagradas Escrituras y Apologética para los Institutos trimestrales de la Oficina de Catequesis de la Arquidiócesis de Vancouver. Además enseña cursos de educación en la fe para adultos y brinda retiros y conferencias en parroquias a lo largo de la Arquidiócesis. Graham tiene su hogar en Chilliwack, B.C. junto con su esposa y sus 3 hijos. Puede encontrar su sitio web aquí.

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