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"Sólo podemos empezar a tener esperanza ... cuando creemos en Jesucristo"

  • EL ARZOBISPO CHARLES J. CHAPUT, O.F.M. CAP.

La siguiente entrevista sobre el Sínodo de la Familia con el arzobispo Charles Chaput se realizó por correo electrónico en Roma el 15 de octubre y estuvo a cargo de Samuel Pruvot de la revista católica francesa Famille chretienne (FC).   


La publicamos aquí con el amable permiso de los editores de FC, quienes son titulares de los derechos de autor.

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FC:  Durante la primera semana del sínodo, muchos grupos pequeños mencionaron el problema de la teoría del género, pero este tema no se destaca tanto entre los grupos de habla inglesa.  ¿Por qué?

El grupo del cardenal Thomas Collins, el círculo inglés D, hizo una breve mención sobre la teoría del género, cuyas implicancias son profundamente antinaturales y antihumanas.  Pero el alcance del documento de trabajo es extenso y tiene muchos errores.  Entonces, simplemente no hubo tiempo para concentrarse adecuadamente en ese tema tan importante.

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FC:  Algunos padres sinodales sugirieron que podía dársele más poder a las conferencias episcopales, en particular respecto del problema de los católicos divorciados y vueltos a casar.  ¿Qué piensa sobre esto?

No es una buena idea.  Vivimos en tiempos de confusión.  Es una era de conflicto y de fuerzas sociales perturbadoras.  La Iglesia necesita unidad en sus doctrinas y prácticas, no fragmentación.  El cardenal [George] Pell tiene razón cuando dice que es imprudente delegar decisiones tales como la disciplina sacramental a los obispos o conferencias episcopales locales.  La comunión a los divorciados y casados por civil es un ejemplo perfecto.  Lo que equivale a un sacrilegio para una persona en un país no puede ser fuente de gracia para exactamente la misma persona en otro país.

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FC:  El cardenal Dolan dijo en su blog que "una nueva minoría" necesita el respaldo del sínodo.  Esta minoría está formada por familias cristianas que son devotas, fieles, practicantes y que están expuestas a burlas.  ¿Qué piensa?

Llegar a grupos marginados como quienes sienten atracción hacia personas del mismo sexo es importante.  Sin embargo, nuestra principal prioridad deben ser las familias y parejas casadas que realmente creen en Jesucristo y que ya están viviendo su fe con energía.  No podemos ir a las periferias a menos que primero alimentemos a los fieles que son quienes nos proporcionan la piedra angular de la vida de la Iglesia.  Es por eso que los comentarios del cardenal Dolan estuvieron bien expresados y son muy valiosos.

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FC:  Algunos piensan que la Iglesia debería dejar más espacio para la conciencia personal.  Eso ayudaría a los fieles a superar los "obstáculos" -según dicen- que la Iglesia les crea en cuanto al control de la natalidad o a los sacramentos (confesión y comunión) para las parejas divorciadas y vueltas a casar.  ¿Qué opina sobre esto?

Cada uno de nosotros tiene el deber de seguir lo que le dicta su conciencia.  Pero la conciencia no existe en un vacío y es mucho más que una cuestión de opinión o preferencia personal.  La Iglesia no es una agrupación de individuos soberanos.  Somos una comunidad, una familia, organizada en torno a la persona de Jesucristo y su Evangelio.  Tenemos la obligación de formar nuestra conciencia en la verdad.  Eso quiere decir que debemos dejarnos guiar por la sabiduría y las enseñanzas de la Iglesia que Jesús ha fundado.

Si mi conciencia no está de acuerdo con la orientación de la Iglesia respecto de una cuestión moral, es muy probable que no sea la Iglesia la que está equivocada.  Los seres humanos -todos nosotros- somos muy hábiles buscando pretextos para hacer lo que queremos, sea pecado o no.

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FC:  ¿Por qué recomienda que nuestro razonamiento pastoral debe partir de Jesús y de las Sagradas Escrituras más que de un análisis profundo de las dificultades que enfrentan las familias de hoy?

Si de verdad creemos en Jesucristo -si él es una realidad viva y diaria para nosotros y no sólo la fuente de un sistema moral bueno- entonces él es el centro y significado de la historia, el alfa y la omega.  "Al principio existía la Palabra . . . y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros".  Es necesario empezar desde el principio, a partir del amor hecho carne de Dios, que es Jesucristo.  Si no empezamos con Jesús y las Sagradas Escrituras, siempre nos sentiremos abrumados por los problemas y desafíos sociales presentes en todos los siglos.

Sólo podemos empezar a tener esperanza, y sólo podemos empezar a pensar con claridad, cuando creemos en Jesucristo y cuando conocemos el amor que Dios siente por nosotros.  Nunca podremos tener serenidad si empezamos desde otro lugar.

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FC:  ¿Está de acuerdo con que en el Instrumentum Laboris se habla muy poco acerca de las familias católicas que realmente están intentando mantenerse fieles al Evangelio?

Sí, tal como lo indiqué antes, el documento de trabajo del Sínodo es débil en su atención a las familias fieles.  Pero hay más.  Me sorprende lo poco que el texto del sínodo se refiere a la alegría de tener hijos y particularmente a la belleza y al testimonio heroico de las familias numerosas.  Los niños son el futuro.  Son un regalo de Dios.  Renuevan el mundo.  Es triste ver a tantas parejas que hoy en día se engañan a sí mismas privándose de tener más amor y alegría por tener sólo dos hijos.  Se supone que la vida es una aventura, que es abundante - y que no está ahogada en preocupaciones.  Dios provee.  Nunca abandona a los corazones que son generosos.  Tengo una gran estima por las familias numerosas.  Ojalá tuviéramos muchas más.  Son la esperanza de la Iglesia.

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FC:  ¿Por qué piensa que existe un riesgo de considerar los problemas sociales de hoy en día desde un enfoque demasiado occidental?

La Iglesia está viva y crece en la mayor parte del hemisferio sur.  Los católicos del hemisferio sur tienen por naturaleza una perspectiva diferente sobre el mundo.  Ven las necesidades de la Iglesia a través de una mirada fresca, sin el pesimismo que es tan común en Europa y hasta incluso en Norteamérica.  Nunca deberíamos pasar por alto la sabiduría y la experiencia de la Iglesia en el norte.  Sin embargo, es necesario expandir nuestro pensamiento para incluir la experiencia de África, Asia, Oceanía y América Latina.  En un sentido, allí es donde está la Iglesia del futuro.

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FC:  El mensaje del Evangelio sobre las parejas y familias es muy exigente.  ¿Cómo puede llegar este mensaje a las "periferias" en las que insiste el papa?

Es necesario que tengamos cuidado de no derrotarnos a nosotros mismos.  Jesús realmente quería decir las palabras que expresó en Mateo 11, 30: "Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".  La vida matrimonial puede ser muy difícil.  Como así también lo es cualquier otra vocación en la vida cristiana.  Eso es evidente.  Sin embargo, la recompensa del amor generoso siempre es mayor que el costo.  Pregúntenle a los padres de un niño con síndrome de Down.  A los ojos del mundo, tienen un hijo que es "discapacitado".  A los ojos de sus padres, tienen un hijo que es un milagro y un misterio.

La geografía y la distancia son sólo una manera de pensar en las periferias.  Los territorios reales no explorados y no convertidos se encuentran mucho más cerca de casa -en la forma en que tratamos a nuestra familia, a nuestros amigos, a los pobres, a los enfermos y a los ancianos que viven en nuestro barrio.  La periferia más oscura es el punto en nuestros corazones en el que culmina nuestra generosidad.  Al mismo tiempo, no existe un testigo más poderoso en ninguna parte de la tierra que una familia católica común irradiando el amor de Dios.  Con una cantidad suficiente de esas familias, Dios podría reconstruir el mundo.

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FC:  Luego del Festival de Familias en Filadelfia, ¿cómo podrá mantenerse el espíritu de este evento?

Los grandes eventos siempre tienen un elevado grado emocional que disminuye con el transcurso de los meses siguientes.  Eso es normal.  Lo mismo sucederá en Filadelfia.  Sin embargo, el Encuentro Mundial de las Familias movilizó de manera excepcional a muchas personas y una gran cantidad de ellas recordará y mantendrá la experiencia viva en sus corazones.  Dios nos dio la materia prima de un éxito espectacular.  Mi trabajo después del sínodo consiste en ayudar a nuestros sacerdotes y a la gente para que transformen ese don en una renovación duradera de nuestra Iglesia local.  ¡Pidan entonces a sus lectores que siempre nos tengan en sus oraciones!

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Agradecimiento

fcEl arzobispo Charles J. Chaput, O.F.M. Cap. "We can only begin to hope … when we believe in Jesus Christ" Famille chrétienne (24 de octubre de 2015).

Reimpreso con el permiso de Famille chrétienne.

Famille chrétienne es una revista semanal católica, apostólica y romana publicada en Francia desde 1978.   

Sobre El Autor

chaput1smchaput92Su Excelencia Mons. Charles J. Chaput, O.F.M. Cap. es el noveno y actual Arzobispo de Filadelfia. Sirve en esa sede desde su toma de posesión el 8 de septiembre de 2011. Anteriormente fue Arzobispo de Denver (1997-2011) y Obispo de Rapid City (1988-1997). Como miembro de la tribu Prairie Band Potawatomi, el Arzobispo Chaput es el segundo nativo americano en ser ordenado Obispo en Estados Unidos, y el primer nativo americano en ser Arzobispo. Es autor del libro electrónico A Heart on Fire: Catholic Witness and the Next America (Un corazón en llamas: Testigos Católicos en la siguiente América), así como Render Unto Caesar: Serving the Nation by Living our Catholic Beliefs in Political Life (Darle al César: Servor a la Nación viviendo nuestras creencias católicas en la vida política) y Living the Catholic Faith: Rediscovering the Basics (Vivir la fe católica: Redescubrir la esencia).

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