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La alegría del arrepentimiento

  • EL PADRE DWIGHT LONGENECKER

San Agustín nos enseña la alegría práctica que provoca el arrepentimiento.


confession2Celebramos esta semana la vida de uno de los santos-pecadores más famosos del mundo, San Agustín, quien dijo "Señor, hazme casto, pero no todavía".  Las ansias de amar y el deseo de Dios que tenía San Agustín estaban ligados a su apasionada manera de encarar la vida.  "¡El amor es la belleza del alma!", gritaba.

San Agustín nos enseña la alegría práctica que provoca el arrepentimiento.  El arrepentimiento significa simplemente que nuestro corazón se da cuenta de que somos pecadores.  Tantas son las veces que este darse cuenta está vinculado con la culpa, como si sentirse culpable fuese algo malo.  Sin embargo, la culpa es tan solo el dolor que uno siente cuando cae en la cuenta de cuan profunda es la herida que provoca el pecado.  Si tengo cáncer y siento dolor, un buen médico me diría que tengo que operarme y que ello podría traer aparejado más dolor, pero que también me haría enfrentar la realidad y podría llevarme por el camino de una posible cura.  El dolor entonces es el mal necesario.  Así, la culpa me hace acordar del cáncer del pecado en mi vida y de que necesito que el doctor Jesús me cure con una cirugía radical.

Esta operación ocurre a través del arrepentimiento.  Cuando digo "lo siento", me vuelvo más plenamente real porque estoy enfrentando la realidad.  Cuando digo "mea culpa - es mi culpa", alcanzo la libertad.  Cuando dejo de culpar a los demás y digo "quien está mal con el mundo soy yo", estoy asumiendo la responsabilidad y cuando asumo la responsabilidad, me hago cargo.  Mi voluntad se compromete y de repente soy maduro y plenamente humano.

A ello se debe que el arrepentimiento provoque alegría -porque estoy enfrentando la realidad y aceptando la libertad.  El arrepentimiento exige humildad y aquí es bueno traer a colación otra cita de San Agustín que dice "¿Quieres elevarte?  Comienza por descender.  ¿Planeas construir una torre que atraviese las nubes?  Echa primero los cimientos de la humildad".  Esta acción ha erigido nuestra necesidad de Dios, ya que ¿por qué nos arrepentiríamos si no estuviéramos pidiendo perdón y por qué pediríamos perdón si no confiáramos en el único que tiene el poder de perdonar?  Este paso hacia la humildad también algo de cómico, dado se nos representa la tan graciosa paradoja de que cuando sabemos que somos débiles nos volvemos más fuertes.

El arrepentimiento también echa los cimientos para experimentar la verdad.  Cuando nos arrepentimos, admitimos que no sabemos nada y es sólo en ese punto cuando reconocemos que no sabemos que podemos empezar a aprender aquello que no conocemos y luego aprender lo que tenemos necesidad de aprender.  El arrepentimiento es crecimiento.  El ortodoxo oriental enseña que el alma no está más cerca de Dios cuando recibe consuelo o experimenta alguna suerte de gran milagro o maravilla, sino que cuando pronuncia con verdadera pasión y honestidad las palabras "Jesucristo, mi Señor, Hijo de Dios, ten piedad de mí que soy un pecador".  En este punto, el alma da un gran paso hacia Dios y de este modo logra estar más cerca de su amor.

Antes de este momento en el que nos damos cuenta y regresamos, antes de este momento de arrepentimiento, nuestros corazones están inquietos -siempre buscando una respuesta y al mismo tiempo escapándose de ella-, ya que sólo dejarán de estarlo cuando descansen en Dios y ese descansar en Dios sólo puede venir de la mano del arrepentimiento.  Es entonces cuando el alma no sólo descansa sino que disfruta de un reposo tranquilo y agradable que es el resplandor de la Divina Misericordia.

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Agradecimiento

longenecker El Padre Dwight Longenecker. "The Joy of Repentance" (La alegría del arrepentimiento) Patheos (Standing on My Head) (6 de agosto de 2013).

Reimpreso con el permiso del Padre Dwight Longenecker. Standing on my head es el blog del Padre Longenecker en Patheos.

Sobre El Autor

Longenecker1LongeneckerEl padre Dwight Longenecker es párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario en Greenville, Carolina del Sur. Es autor de varios libros sobre apologética, relatos de conversión y espiritualidad benedictina, entre los que se incluyen los siguientes:  The Romance of Religion — Fighting for Goodness, Truth and BeautyCatholicism Pure and SimpleSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayAdventures in OrthodoxyPraying the Rosary for Inner Healing, Listen My Son: St. Benedict for FathersChallenging Catholics: A Catholic Evangelical DialogueSt. Benedict and St. Therese: The Little Rule & the Little WayMary: A Catholic-Evangelical Debate y The Path to Rome. Visite su sitio haciendo click aquí y su blog aquí, allí podrán escuchar los podcasts de sus conferencias y homilías.

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