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¿Qué es lo que diferencia al catolicismo?

  • EL PADRE JAMES V. SCHALL, S.J.

Tres factores que distinguen a la Iglesia única, santa, católica y apostólica de las demás religiones y sectas. 


Francis2mMuchas veces hablamos de cómo se parecen las cosas.  También escuchamos los elogios que se hacen a la diversidad como si se tratara de algo sumamente valioso.  Sin embargo, hoy en día, solemos encontrar que la diversidad es una expresión que no encuentra un consenso subyacente respecto a principios básicos, convirtiéndose así en una forma de escepticismo.  No hay duda de que todos los hombres son creados iguales pero, si los miramos uno a uno, observamos que no hay dos personas exactamente iguales. Sin embargo, todos tienen un cuerpo, manos y pies: a menos que hayan perdido alguno de ellos en un accidente. 

Entonces, si lo consideramos detenidamente, si todo fuera exactamente igual, no podríamos hacer una distinción entre una cosa y otra.  Todo se desdibujaría en una masa indistinguible.  Si sostenemos que todas las naciones o todas las religiones son exactamente iguales, nos sorprendería advertir, cuando las investiguemos, que son muy distintas.  Sería como si San Pablo nos dijera que el pie no es la mano.  Hacer que así fuera o pensar que son lo mismo podría equivaler a negar que tenemos un cuerpo que, para ser lo que es, requiere que partes diferentes hagan cosas distintas que a su vez no deben separarse para que el todo al que pertenecen pueda funcionar. 

En breve, mi pregunta es entonces la siguiente: ¿qué distingue al catolicismo, una fe que siendo única pretende ser universal? 

El Pontificado

Es muy probable que su marca distintiva más obvia en el orden público sea la función del Papa.  El catolicismo es la religión en la que el Papa es signo de su unidad y gobierno.  Los papas recientes por cierto han sido figuras internacionales bastante visibles, pero el Papa es una autoridad que es parte de toda la Iglesia.  El Papa no es la Iglesia, sino que la Iglesia, tal como ha sido fundada, no está completa si no hay nadie que cumpla esa función. 

En ese sentido, el papado es la organización permanente más antigua del mundo.  Hay civilizaciones o culturas más antiguas, como la china o la judía.  Es muy probable que la resistencia de estas últimas guarde alguna relación con el mismo motivo por el que el papado continúa vigente.  Sin embargo, no hay otra función como la del papado que se mantenga en el transcurso del tiempo como una unidad organizada. 

Ahora bien, a los católicos no les sorprende su continuidad.  La mayoría ha escuchado el pasaje sobre el poder de la muerte que no prevalecerá sobre la Iglesia, aunque eso no quiere decir necesariamente que la Iglesia siempre vencerá o que sus misiones siempre serán exitosas en todos los territorios.  Tampoco significa que algunas veces las personas saldrán de su unidad. 

Su misión, de hecho, fue "vayan, pues, y enseñen a todas la naciones", enséñenles no sólo las opiniones propias de la autoridad sino que lo que el Señor les ha enviado a enseñar.  La Iglesia es un cuerpo en el que lo básico se transmite sin modificaciones debido a que, creo, no se ha encontrado nada que sea mejor. 

Obviamente, esta misión fundacional está lejos de haberse completado.  En el transcurso de los siglos, la Iglesia tiene al menos cierta presencia en la mayoría de los territorios del mundo, aunque con demasiada frecuencia esté sometida a situaciones de estrés, sanciones civiles o persecuciones como las que vemos en Medio Oriente e incluso aquí, si bien de otro tipo, en los Estados Unidos.   Se le advirtió a la Iglesia que era muy probable que esto sucedería.  Esto no debe tomarnos por sorpresa sino que debemos tomar esta oposición como un signo de que la Iglesia es lo que se espera que sea. 

Fe y razón

No obstante, en un sentido más amplio, el catolicismo no es distinto sólo por tener un Papa a quien, junto con los obispos, se le encomienda mantener la unidad con el paso de los siglos.  Una de las características fundamentales del catolicismo es aquello que sostiene como verdadero.  Y lo que distingue al catolicismo de la mayoría de las otras sectas cristianas y demás religiones o filosofías es que se considera que tiene una sólida base en la razón.  Su "fe" no se opone a la razón ni tampoco la reemplaza.

La palabra "razón", por cierto, puede definirse de maneras que no son precisas ni completas y que algunas veces ni siquiera son "razonables".  La revelación, tal como la entienden los católicos, no estuvo diseñada, como el islam o muchas de las ideologías modernas, para explicar todo lo que necesitábamos saber.  De hecho, si no tuviéramos ninguna forma independiente de evaluar si lo que sostenía era creíble o no, no podríamos haber aceptado esta revelación como algo posible.  Entonces, tenemos mente y se supone que debemos utilizarla especialmente para entender al catolicismo.  El catolicismo sostiene que la revelación se dirigió a la vida de los hombres y también, a través de ellos, a sus mentes.  En otras palabras, pueden entender básicamente qué era lo que Dios quería que supieran e hicieran, por encima y por sobre lo que entendían a partir de su propio razonamiento.  Se pretendía que la revelación fuese verdadera y conocida como verdadera.  Cristo se identificó a sí mismo precisamente como la "Verdad".

Habiéndonos informado de ese modo lo que necesitamos saber, nos queda la opción de aceptar o rechazar lo que somos. Esta aceptación o rechazo es el drama real de la vida humana que tiene lugar inicialmente en esta tierra, pero cuyas consecuencias siempre están en la eternidad, así de importantes nos considera Dios a cada uno de nosotros.

Esta revelación buscaba explicarle al hombre determinadas verdades básicas sobre sí mismo, el mundo y Dios.  Estas nuevas verdades eran las que los hombres no podían conocer a través de sus propias facultades racionales.  Al conocer lo que se revelaba, se le dejó al hombre la tarea de entender por qué lo que se le reveló no era poco razonable.  El catolicismo es, en lo esencial, el portador de la plenitud de esta revelación de Dios a los hombres.  No sostiene que no existe ninguna verdad fuera de su esfera.  Insiste en que, si son contrarias a la razón o a la revelación, no pueden ser verdaderas.  Vivir contra la razón y la revelación afecta nuestras vidas. 

Sin embargo, ¿por qué Dios se preocupa por los seres humanos?  Son muchos los seres humanos que existen desde hace millones de años en este planeta: algunos estiman que son cerca de 90-100 mil millones.  Los hombres también resultaron ser un grupo bastante recalcitrante.  Se dan guerras y rumores de guerras así como también vicios constantes de diversos tipos, desde el principio. 

La persona de Jesús

La respuesta a esta pregunta sobre las características diferentes del catolicismo nos transporta al corazón de las características únicas del catolicismo.  En primer lugar, el catolicismo, a pesar de tener doctrinas y de poder justificar su existencia y creencias particulares, no es tan sólo un sistema de creencias o ideas.  Es un encuentro con una Persona. 

Esta Persona se identifica como un Jesucristo que vivió una determinada cantidad de años en la Palestina romana.  Lo que sabemos sobre Él es básicamente lo que se plasmó en lo que conocemos como el Nuevo Testamento.  Era, de hecho, el Hijo de Dios, la extraordinaria verdad de que la causa de la existencia de todo vino de Dios y era Dios.  Cuando ocurrió la encarnación, el mundo se volvió no sólo diferente sino que se definió en cuanto lo que significaba en definitiva la vida humana en este mundo. 

Este Cristo no vino a explicar la política o la física, al menos no directamente.  Se figuró que podíamos aprender sobre estas cosas con nuestras propias facultades.  Vino esencialmente para salvarnos de nuestros pecados y para que así pudiéramos alcanzar el objetivo para el cual fuimos creados en primer lugar.  Los pecados suponen una suerte de desorden de nuestra alma en virtud del cual rechazamos implícitamente el objetivo de nuestra creación. 

¿Cuál fue este propósito y que significó?  Ninguna persona humana, de hecho ninguna cosa que exista, provocó su propia existencia o determinó por sí misma lo que debía ser.  Nuestro propio ser da fe de un origen que se encuentra fuera de nosotros mismos.  La dignidad última de cada persona yace en el hecho y el carácter de lo que es.  Al principio, Dios intentó crear otros seres que pudieran participar en su vida Trinitaria interior, en la que la Palabra, el Hijo, era el reflejo de su Padre. 

Estos seres no fueron dioses en sí mismos, pero debían poder aceptar libremente el ofrecimiento de Dios de participar en su vida interior como su propio bien.  Esta capacidad es el origen de nuestra racionalidad y por ende el origen de nuestra posibilidad de rechazar este ofrecimiento.  Lo que de hecho pasó -a esto se refiere el Génesis- es que el hombre rechazó este don más allá de su naturaleza de participar libremente en la vida interior de la Divinidad - Padre, Hijo, Espíritu. 

La respuesta de Dios a este rechazo fue una contra iniciativa que aún daría al hombre la libertad de aceptar o rechazar lo que Dios ofreció como una alternativa a su propósito original.  A esto llamamos la Redención.  Se llevó a cabo a través de la pasión, muerte y resurrección de Cristo y de habernos dejado una Iglesia en la que su sacrificio aún está presente. 

Así, lo que a Dios le preocupa principalmente no es un sistema de gobierno u organización intramundana en la que seremos felices por un tiempo en esta vida.  Se preocupa por nuestro estado último, es decir, por si elegimos la vida eterna.  Sin embargo, hacemos esta elección en el contexto de nuestras vidas diarias en este mundo, lo que creemos, el modo en que vivimos. 

Este esquema es lo que distingue al catolicismo.  Nos explica lo que somos explicándonos quién es Dios.  Habiéndonos informado de ese modo lo que necesitamos saber, nos queda la opción de aceptar o rechazar lo que somos.  Esta aceptación o rechazo es el drama real de la vida humana que tiene lugar inicialmente en esta tierra, pero cuyas consecuencias siempre están en la eternidad, así de importantes nos considera Dios a cada uno de nosotros. 

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Agradecimiento

El Padre James V. Schall, S.J. "What Is Distinct About Catholicism?" (¿Qué es lo que diferencia al catolicismo?) Aleteia (11 de septiembre de 2014).

Reimpreso con el permiso de aleteia. Ver el artículo original aquí.

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Sobre El Autor

Schall1Schall3James V. Schall, SJ (1928-2019), quien se desempeñó como profesor en la Universidad de Georgetown durante treinta y cinco años, fue uno de los escritores católicos más prolíficos de América y autor de varios libros en las áreas de cuestiones sociales, espiritualidad y literatura, entre los que se incluyen los siguientes: The Mind That Is Catholic: Philosophical & Political Essays, On the Unseriousness of Human Affairs: Teaching, Writing, Playing, Believing, Lecturing, Philosophizing, Singing, Dancing; Roman Catholic Political Philosophy; The Order of Things; The Regensburg Lecture; The Life of the Mind: On the Joys and Travails of Thinking; Schall on Chesterton: Timely Essays on Timeless Paradoxes; Another Sort of Learning, Sum Total Of Human Happiness, y A Student's Guide to Liberal Learning.

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