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Paciencia y perseverancia

  • EDWARD SRI

¿Cómo responden cuando les suceden "cosas malas"?, ¿cuando sufren una desilusión o un revés? o ¿cuando alguien los lastimó por algo que dijo?


woman11Cuando sentimos dolor, podríamos sentir la tentación de encerrarnos en nosotros mismos. Podríamos permitir que las emociones negativas nos atormenten. Podríamos dejar de estar atentos a las necesidades de los demás porque estamos demasiado preocupados por nuestros propios problemas. Es posible además que tardemos en cumplir con nuestras responsabilidades, sin dar lo mejor de nosotros en el trabajo y en la vida familiar.

Algunas personas simplemente no quieren que las vean cuando se sienten apesadumbradas. Se vuelven pesimistas y malhumoradas y pueden incluso descargar sus frustraciones en otros.

Los seres humanos no pueden escaparse del sufrimiento de este mundo. Sin embargo, la manera en que enfrentamos los pesares de nuestra vida es una cuestión de carácter moral. ¿Permitimos que el dolor domine nuestra existencia? O por el contrario ¿soportamos el dolor de una manera encomiable sin permitir que nos domine? La paciencia es la virtud especial que necesitamos para soportar la tristeza de un modo que no nos permita abandonar el buen curso de nuestras vidas.

Paciencia y desánimo

A pesar de que es totalmente normal sentir tristeza por una pérdida o herida, según Santo Tomás de Aquino, la paciencia nos permite soportar el sufrimiento de tal manera que no quedemos destrozados por el dolor o que no nos lleve a renunciar al camino de la virtud. La paciencia preserva a la serenidad de cara a una herida, sufrimiento o tristeza, evita que nos sintamos "desalentados", es decir que perdamos el valor. Una persona paciente entonces siente una gran libertad. Es libre de mantenerse encaminada en la vida y de cumplir con sus responsabilidades, al menos en una medida razonable, incluso cuando le suceden "cosas malas". La persona que no tiene paciencia se siente tan abrumada por sus problemas que no puede vivir virtuosamente sus relaciones con los demás.

Donald DeMarco nos señala que la paciencia no es una virtud pasiva. Se necesita mucha fuerza interior para no sentirnos desalentados en medio de grandes pruebas y tristezas. [1] Muchos años atrás, a un amigo le diagnosticaron cáncer en el cerebro. La última vez que lo vi fue en Misa. No asistía a la Iglesia con tanta frecuencia como solía y en este día en particular, uno podría decir que el cáncer lo afectó. Estaba pálido, había perdido mucho peso y parecía agotado. Aún en su sufrimiento, conservaba la alegría y expresaba su gratitud a los demás y un interés de corazón por sus vidas. Con una sonrisa en el rostro, me tomó de la mano y me preguntó, "Cuéntame Ted, ¿como andan las cosas en la universidad?" Luego me llenó de preguntas sobre mis clases, el ministerio universitario y la familia. Cuando le pregunté cómo le estaba yendo a él, me dio una respuesta honesta, pero esperanzadora: "Es duro… Siento mucho dolor…, pero he tenido una buena vida. Estoy listo".

Me sentí ciertamente edificado por su esperanza de vida eterna cuando su propia muerte se estaba acercando; sin embargo, siempre recordaré la paciencia que tuvo en medio de ese intenso sufrimiento. No fue un hombre encerrado en sus propios problemas, aún de cara a la muerte. Se mantuvo en paz, alegre y centrado en los demás. Los hombres y mujeres que tienen la virtud de la paciencia tienen una fuerza interior enorme que les permite soportar bien hasta los sufrimientos más agudos de la vida. Las personas que no tienen paciencia se concentran tanto en sí mismos que parecen casi incapaces de ser amables, considerados y generosos con los demás en medio de tantas decepciones que se presentan en la vida diaria.

¿Balón de fútbol americano?

Hay una segunda virtud relacionada con el coraje que nos ayuda a mantenernos en el camino cuando las cosas no son como esperábamos. Cuando emprendemos una tarea noble en el trabajo o en casa, algunas veces nos enfrentamos a desafíos y obstáculos que no nos permiten lograr nuestro objetivo. En esos momentos, es la virtud de la perseverancia la que nos permite continuar firmemente ante las dificultades. No importa si se trata de un cristiano que lucha por superar una determinada debilidad, un equipo de fútbol americano que está 21 puntos abajo o un marido que intenta recuperar el amor de su mujer después de años de lucha en su matrimonio, la perseverancia nos permite seguir esforzándonos por el bien sin importar lo arduo que sea alcanzarlo.

La paciencia preserva a la serenidad de cara a una herida, sufrimiento o tristeza, evita que nos sintamos "desalentados", es decir, que perdamos el valor.

El tipo de persona que tiende a rendirse cuando se enfrenta a las dificultades carece de perseverancia. Cuando las cosas no le resultan tan fáciles, se frustra y quiere renunciar más que continuar y trabajar el problema. Según Santo Tomás de Aquino, la falta de perseverancia es el vicio que se llama "molicie". Una persona con molicie no tiene carácter. Es como un esponjoso balón de fútbol americano que puede torcerse con absoluta facilidad. Así como sucede con estos balones, las personas blandas "se deforman" cuando las cosas no salen como ellas pensaban.

¿Cómo reaccionan cuando se les presentan dificultades?, cuando no funciona la fotocopiadora, cuando se rompe el disco duro de la computadora, cuando se demoran a causa de un embotellamiento, o cuando los niños no se calzan rápido y llegan tarde a Misa otra vez. Si se frustran con facilidad ante los desafíos y obstáculos de la vida, es signo de que luchan contra el vicio de la molicie.

Mejoras hogareñas para Dummies (novatos)

Como esposo y padre católico, muchas veces recurrí a San José como modelo para mi vida. Sin embargo, sé que nunca voy a tener una de las cualidades que lo caracterizan: su destreza con la carpintería. Me resulta bastante difícil construir y arreglar cosas en mi casa. Una navidad, mis suegros tuvieron la amabilidad de comprarme uno de esos libros amarillos y negros que se llamaba Mejoras en el hogar para Dummies.

Al poco tiempo de habernos casado, cuando nos mudamos a nuestro primer hogar, un pariente nos dijo que nos enviaría una parrilla de regalo para darnos la bienvenida y por nuestro aniversario. Estaba muy entusiasmado cuando llegó el correo y nos entregó una caja grande y pesada que tenía la foto de nuestra nueva parrilla en el exterior. ¡No podía esperar para abrir la caja, instalar la parrilla, encenderla y cocinar los primeros bistecs en nuestro nuevo patio trasero!

Cuando abrí la caja, para mi desgracia, descubrí algo un tanto inesperado. No había ninguna parrilla dentro de la caja, sino que muchísimas piezas de metal y una innumerable cantidad de piezas de ensamble. No me había dado cuenta de una pequeña leyenda en la caja que decía: "Es necesario hacer algunas tareas de ensamble". Ahora, en vez de tener una cena que estaría lista en unos minutos en el patio trasero de mi casa, yo -a quien habían desafiado con hacer mejoras en el hogar- me pasaría el resto de la tarde intentando descifrar instrucciones y terminar un complicado proceso de ensamble de 20 pasos que debía estar listo para la hora de la cena.

Las cosas no estaban marchando bien. Cuanto más me metía en el proyecto, caía más en la cuenta de que no entendía nada y más tenso me sentía. Luego, cuando estaba cerca del paso 5, mi hija de 1 año entró a la sala, gritando “¡Papi!”, y comenzó a jugar con las pilas de pequeñas piezas que había estado organizando con mucho esfuerzo. No tenía humor para jugar y sentí una gran frustración cuando vi que las piezas ahora estaban todas mezcladas y desparramadas por el suelo. La tensión en la casa iba aumentando y llamé a mi esposa para pedirle, con un tono de voz por demás estresado: "Beth, ¿puedes mantener a la bebé lejos de aquí?"

Nos da fortaleza interior para vivir bien nuestras relaciones mientras conservamos la calma y la paz ante las pruebas y dificultades que se nos presentan inevitablemente en nuestra vida diaria. La perseverancia, como todas las demás virtudes, es un talento crucial para la vida que nos da la libertad de amar.

Lo peor fue cuando llegué al paso 16 y me di cuenta de que había cometido un error terrible: me había olvidado del paso 7. ¡Y el paso 7 era uno de esos pasos fundamentales que no podían omitirse! Ahora debía desarmar todo lo que había hecho durante 25 minutos y volver al paso 7. Sentía como si estuviera a punto de terminar una línea en el juego serpientes y escaleras, y que luego caía en un casillero donde un gran tobogán me llevaba de nuevo al principio.

Justo en ese momento, mi esposa bajó y vio lo que parecía una parrilla casi lista, con 16 de los 20 pasos ya terminados. Como sabía que estaba pasándola mal ese día, quería animarme y con una sonrisa alentadora y su dulce y alegre voz, me dijo "¡Ah, querido! ¡Ya casi terminas! ¡Se ve muy bien!"

Yo, por otro lado, tenía una mirada desanimada y llena de ira. En un tono de voz tranquilo y frustrado, casi mordiéndome los labios, intenté explicar: "Bien. . . eh. . . de hecho, querida. . . ni siquiera estoy por terminar". Mi presión arterial se estaba elevando. "Ya ves, olvidé un paso. . . y ahora debo volver a empezar". En ese momento, pude ver que nuestra hija de 1 año estaba otra vez jugando con las piezas. "¡¿Puedes mantener a la bebé lejos de aquí?!"

¿Alguna vez estuvieron con alguien que estaba pasando por un momento tan estresante como este? Cuando alguien está tenso, se siente frustrado y es brusco con los demás, no es agradable estar ahí. Sentimos como si estuviéramos caminando sobre cáscaras de huevo alrededor suyo y preferiríamos mantenernos alejados. Ese día me di cuenta de que mi falta de perseverancia en este proyecto en particular no fue sólo un problema para mí -un defecto en mi vida personal- sino una debilidad que estaba afectando a otras personas. Como estaba tan molesto por las dificultades que se me presentaron al ensamblar la parrilla, no me sentía libre de amar a mi esposa y a mi hija ese día. Mi falta de virtud me impedía tratarlas de la manera en que merecían ser tratadas.

Cuando perdemos los estribos por cosas sin importancia, afectamos de manera negativa a quienes nos rodean. Cuando abandonamos la búsqueda de un determinado objetivo sólo porque es difícil y exige mucho de nosotros mismos, no somos el tipo de persona en los que los demás pueden confiar. Por este motivo debemos cultivar la virtud de la perseverancia en nuestras vidas ya que nos da fortaleza interior para vivir bien nuestras relaciones mientras conservamos la calma y la paz ante las pruebas y dificultades que se nos presentan inevitablemente en nuestra vida diaria. La perseverancia, como todas las demás virtudes, es un talento crucial para la vida que nos da la libertad de amar.

Notas al pie:

  1. Donald DeMarco, The Heart of Virtue: Lessons from Life and Literature Illustrating the Beauty and Value of Moral Character (San Francisco, CA: Ignatius Press,1996), p. 176.

 

 

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Agradecimiento

Edward P. Sri. "Patience and Perseverance." (Aspirar a mucho: cómo crecer en la virtud) Lay Witness (septiembre/octubre de 2009).

Este artículo se reimprimió con el permiso de la revista Lay Witness.

Lay Witness es una publicación de Catholic United for the Faith, Inc., (CUF) un apostolado laico internacional fundado en 1968 para apoyar, defender y fomentar los esfuerzos del magisterio de la Iglesia.

Sobre El Autor

sri10sri9Dr. Edward (Ted) Sri es un profesor Asistente de teología en el Benedictine College en Atchison, Kansas, y un colaborador frecuente de Lay Witness. Edward Sri es el autor de Rediscovering the Heart of the Disciple: Pope Francis and the Joy of the Gospel, Men, Women and the Mystery of Love: Practical Insights from John Paul II's Love and ResponsibilityMystery of the Kingdom (Misterio del Reino), The New Rosary in Scripture: Biblical Insights for Praying the 20 Mysteries (El Nuevo Rosario en la Escritura: Perspectiva Bíblica. Su último libro es Queen Mother: Queen Mother: A Biblical Theology of Mary's Queenship (Reina Madre) basado en su disertación doctoral que está disponible llamado a Benedictus Books al (888) 316-2640.Los miembros de CUF reciben un descuento de 10 por ciento.

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